Francisco se confiesa en el Regina Caeli: “Un verdadero amigo no te abandona, ni siquiera cuando cometes un error”

“Que María nos ayude a crecer en la amistad con su Hijo y a difundirla a nuestro alrededor”, pidió el Papa en la oración mariana

El papa Francisco presidió la oración mariana del Regina Caeli con los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro como cada domingo. El pontífice, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico felicitó a los cristianos ortodoxos y católicos orientales que celebran la Pascua en este día y dio la bienvenida a los nuevos Guardias Suizos que se incorporan este lunes a este cuerpo militar. También rezó por las víctimas de las inundaciones de Río Grande del Sur en Brasil. Una vez más no olvidó a los pueblos que buscan la paz como Ucrania, Palestina e Israel clamando que “se refuerce el diálogo” para que produzca buenos frutos.



Los amigos de Dios

Comentando el evangelio del 6º domingo de Pascua, en el discurso de despedida en el que Jesús dice a los apóstoles “Ya no os llamo siervos, sino amigos” (cf. Jn 15,15), el Papa señaló como amigos de Dios a “personas especiales” como Moisés, el rey David, el profeta Elías o la Virgen María. Son “personas en cuyas manos pone Dios sus tesoros”. Hoy, apuntó el pontífice, “Jesús, para decir quiénes somos para Él: hace falta algo más, algo más grande, que va más allá de los bienes y de los planes mismos: hace falta la amistad”.

Recordando a la infancia Francisco apuntó que “a los amigos les ofrecemos nuestros juguetes y los regalos más hermosos; luego, al crecer, como adolescentes, les confiamos nuestros primeros secretos; como jóvenes les ofrecemos lealtad; como adultos compartimos satisfacciones y preocupaciones; como ancianos los recuerdos, las consideraciones y los silencios de largos días”. Por ello pidió a dar “gracias al Señor” por los amigos.

Más allá de la traición

“La amistad no es fruto del cálculo, ni de la compulsión: surge espontáneamente cuando reconocemos algo de nosotros mismos en la otra persona”, apeló el Papa. Es más, añadió, “si es verdadera, es tan fuerte que no decae ni siquiera ante la traición” como en el caso de Judas. “Un verdadero amigo no te abandona, ni siquiera cuando cometes un error: te corrige, puede reprenderte, pero te perdona y no te abandona”, reiteró Francisco.

Para Jesús, concluyó, “somos precisamente eso, amigos: personas queridas más allá de todo mérito y expectativa, a las que tiende la mano y ofrece su amor, su gracia, su Palabra; con las que comparte lo que le es más querido, todo lo que ha escuchado del Padre”. Y todo ello, apuntó, “hasta el punto de hacerse frágil por nosotros, de ponerse en nuestras manos sin defensa ni fingimiento, porque nos ama, quiere nuestro bien y quiere que participemos del suyo”. “Que María nos ayude a crecer en la amistad con su Hijo y a difundirla a nuestro alrededor”, pidió Bergoglio.

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