Presidente general de JEC

Apuesto por no apostar


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Inevitablemente, escucho el manifiesto por la “unidad de España” y me viene a la cabeza la comparación con las palabras que pronuncia el Papa, a modo de manifiesto, todos los domingos al terminar el rezo del ángelus. En uno hay constantemente referencias a ‘nación’, ‘patria’ o ‘bandera’, y en el otro ‘trata de personas’, ‘esclavitud’ o ‘denuncia’. Solo lo anoto para la reflexión y para ver la importancia de mantener la unidad, pero la unidad de un mundo que denuncia las injusticias. En los últimos meses hay un problema que me preocupa especialmente y por el que conviene que luchemos:

Donde apuestan

En los últimos años, el número de apuestas online y de casas de apuestas en nuestras ciudades está aumentando considerablemente, así como la publicidad diaria con personajes famosos y referentes para la juventud. Según datos de la Dirección General de la Ordenación del Juego, en las apuestas deportivas se juegan 7.404,74 millones de euros (en 2017) y ha experimentado un crecimiento desde 2014 de casi 4.000 millones de euros.

Ante este escenario de poderío económico, 19 de los 20 equipos de fútbol de la 1ª División Española tienen contratos con casas de apuestas. Anuncios con deportistas, presentadores y periodistas famosos agravan más la situación y hacen más asequible y atractiva esta práctica. Es en los barrios o ciudades con renta más baja donde proliferan y aumentan los locales que cada vez están más cercanos a institutos y centros juveniles de estudio. Un problema que ocurre en todas las regiones y ciudades de España. Echad un vistazo alrededor, quizás encontréis antes una de estas que una pista para practicar deporte.

Apuestas apostar

Los que apuestan

Las personas más vulnerables (otra vez) son las que sufren los efectos negativos de adicciones al juego: varón, sin estudios superiores, y en paro. Y cada vez, más jóvenes. Slogans que invitan a ganar un dinero fácil, apuestas en vivo, servicio de bar, poca luz exterior, sentirte un experto comentando una carrera de caballos o hablando de tu equipo de fútbol favorito, partidos televisados en televisiones de pago o hacerte rico. Desde luego, la apuesta más segura es abrir uno de estos locales en una zona de ingresos bajos, cerca de la juventud. Mientras tanto, el mundo del deporte ganando más y más dinero sin importar a costa de qué.

Son bastantes colectivos en barrios y ciudades los que se están levantando en contra de este peligro. Con el juego no se juega, afecta a muchas personas, y la edad de ludopatía ha bajado demasiado desde la proliferación de estos espacios a partir de la crisis económica. Ante esto, ¿no estábamos construyendo el Reino de Dios? Pues ahí no entra la opresión a los pobres, lo siento. Yo apuesto por no apostar.