Lejos de actuar conforme a principios y convicciones, muchas veces nos tienta el “dedo en alto” del César actual, que se reparte anónimamente en las redes sociales. La humildad en ese contexto no es bienvenida.
Un hijo de la guerra puede destacarse frente a los demás, pero, frente a sí mismo, se seguirá sintiendo un pequeño paria que no vale nada y que es una molestia para muchos con su forma de ser y pensar.
Ha llegado el tiempo en que hadas y duendes nos pongamos de acuerdo para el mayor bienestar de todos, sin dejar a nadie atrás. Es tiempo de rondas, de bailes nuevos, donde la diversidad sea claramente una riqueza y no una dificultad.
Tenemos el ejemplo de Slobodan Milosevic. Si bien los serbios habían sufrido muchísimo durante la Segunda Guerra Mundial, él se adueño de ese “rol” de víctima, de tal manera que se sintió con el derecho de realizar después brutales genocidios a los croatas y bosnios.
Los virus del cuerpo y del espíritu son parte de la vida y no están para hacerla un infierno, sino para hacernos más fuertes, más humildes, más hermanos, más humanos.
Dios nos habla de muchas maneras y es necesario estar atentos antes a que sea demasiado tarde o que el daño que nos hayamos infringido sea mayor al logro o gozo que queríamos conquistar
El nido vacío es una tremenda oportunidad de reencuentro con nosotros mismos, con una agenda un poco más calmada y con puentes más claros de comunicación con tu pareja, con los amigos que dejaste en el camino y también con la divinidad.
Cuando por primera vez leí la palabra Apophoreta, me sonó a porotos o porotada, que son el nombre que reciben los frijoles en Chile cuando se preparan para una fiesta. Y la verdad que su significado no dista …
Imagina que estás frente a María y que ella te aconseja cómo vivir este 2022. Probablemente sus anhelos podrían ser semejantes a los que les comparto hoy desde mi experiencia de oración con ella…