Aclaraciones del arzobispado de Rosario sobre la actividad de la sanadora católica Leda Bergonzi

Expresaron que este fenómeno religioso se da dentro de la Iglesia católica

Leda Bergonzi

La arquidiócesis de Rosario, ante distintas consultas y pedidos de medios de comunicación, se manifestó haciendo distintas aclaraciones, dirigidas a los fieles, sobre la actividad eclesial de la señora Leda Bergonzi,



Mencionaron que, en las primeras comunidades cristianas, como la de Corintio, el Espíritu Santo derramó sus dones y carismas. Y destacaron el texto de 1 Cor 12, 7-11: “A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad“.

Lo primero que precisó el arzobispado es que el fenómeno religioso, relacionado con Bergonzi, se da dentro de la Iglesia católica.

Uno de los grupos de oración y evangelización, de carácter carismático, es la comunidad Soplo de Dios viviente. Esta comunidad desarrolla sus actividades, acompañada por un sacerdote del clero diocesano, desde hace ocho años.

El carisma de Leda

Corroboraron que, en esta comunidad, se comenzaron a experimentar alguno de estos carismas, “en particular en la persona de la Sra. Leda Bergonzi. La Iglesia de Rosario, viendo los frutos buenos que produce en mucha gente, acompaña este fenómeno para ir discerniendo la profundidad y solidez del mismo”.

Con respecto a los criterios de discernimiento, enumeraron tres:

  • “Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán” (Mt 7, 20);
  • “No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios” (Hechos 5, 38-39); y
  • “El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí” (Lc. 10, 16), referido a la obediencia a la autoridad de los Apóstoles y a sus sucesores los obispos.

Asimismo, en el mensaje, la Iglesia rosarina especifica que el Señor dota a una comunidad de dones y carismas para corroborar la potencia del anuncio evangélico y certificar la presencia del Resucitado. “El poder de curar viene dado en un contexto misionero, no para exaltar a las personas que tienen el don, sino para confirmar la misión (cf. Mc 16, 17-18)”, indicaron.

Refirieron que el don de curación es una manifestación sensible del amor siempre misericordioso y compasivo del Padre, que sana a pobres y necesitados a través de su Hijo y con el poder del Espíritu Santo. Sobre el carisma de “oración por liberación” dijeron que consiste en la súplica dirigida al Señor, la liberación de las personas. Y con respecto al don de lenguas que es un carisma para glorificar y alabar a Dios, fundamentalmente.

La acción comunitaria

La Iglesia de Rosario expuso que, en el contexto de las reuniones de oración, en un clima de entrega, de fe absoluta y comunión fraterna, el que tiene el “carisma de curaciones” no actúa solo; la comunidad lo asiste y acompaña. “Se trata de vivir intensamente unidos en la fe, la esperanza y el amor, como hermanos, y en una relación personal con Dios vivo que transforma el corazón y que tiene poder para sanar las almas y los cuerpos. Si se producen sanaciones físicas, es mayor el número de las sanaciones espirituales, interiores y síquicas”, aseveraron.

En el mensaje, citaron la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’, que en el n° 130 expresa que  el Espíritu Santo enriquece a la Iglesia evangelizadora con distintos carismas y dones para renovar y edificar la Iglesia. No se trata de un patrimonio cerrado… “son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos”.

Acompañamiento

Específicamente, en el comunicado, confirmaron que la Iglesia acompaña a esta comunidad con el asesoramiento de un sacerdote, y un grupo de ellos también acompañan la experiencia, asisten y atienden las confesiones, por la gran cantidad de personas que concurren.

Además, por la magnitud del acontecimiento, se dispuso que que cada encuentro comience con una celebración eucarística, luego se realice una adoración al Santísimo Sacramento y la bendición, para más tarde hacer la reserva del mismo.  Así, “se fortalece la dimensión eclesial de las bendiciones a los enfermos y personas que buscan alivio espiritual a través del servicio que presta la Sra. Leda Bergonzi“. Ese acompañamiento se manifiesta en las ‘Orientaciones Pastorales relativas a la Oración para obtener de Dios la curación’, y en caso de que haya curaciones “se deben recoger con simplicidad y precisión los eventuales testimonios y someter el hecho a la autoridad eclesiástica”.

Finalmente, la Iglesia de Rosario acompaña este acontecimiento para que en un adecuado cauce produzca muchos frutos, no solo en curaciones, sino en sanaciones espirituales y otras gracias. La finalidad es que las personas glorifiquen a Dios, comiencen o profundicen un camino de vida cristiana, en la oración y en la vivencia de los sacramentos (confesión y Eucaristía); que experimenten la presencia de Cristo; y se integren en las comunidades. “En una palabra, que reaviven su vida cristiana, glorifiquen a Dios y vivan un mayor compromiso de amor al prójimo”.

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