El arzobispo alemán Georg Gänswein ha presidido la misa del primer aniversario de la muerte del papa emérito Benedicto XVI en la basílica de San Pedro en el Vaticano. El que fuera antiguo secretario privado del pontífice se emocionó en varias ocasiones de la eucaristía llegando a llorar mientras trataba de mantener la compostura en el Altar de la Cátedra ante varios centenares de fieles. En la celebración estuvo acompañado de algunos prelados alemanes.
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Un trabajador de la viña
Este domingo, 31 de diciembre, se cumple un año del fallecimiento del papa Ratzinger, por eso Gänswein ha presidido una celebración a la que han acudido numerosos sacerdotes y fieles y a la que no han faltado los cardenales Gerhard Ludwig Müller y Kurt Koch, de lengua alemana, como concelebrantes. En la homilía, según recoge katholisch.de, el eterno secretario agradeció a Dios el don de la vida de Benedicto XVI, por la “riqueza de su magisterio, la profundidad de su teología y el luminoso ejemplo de este sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor”.
El arzobispo destacó que su vida estuvo caracterizada por el trabajo y la oración, siendo la eucaristía el centro de cada día, su “fuente de luz, fuerza y consuelo”. Gänswein también recordó el amor de Benedicto por la Navidad a la que describía hace un año, como el día más hermoso del año, su “última Navidad en esta tierra”. Finalmente confesó su deseo de que Benedicto pueda ahora contemplar para siempre el gran misterio de la Navidad desde la “casa del Padre”.
