El presidente Milei se estrena con un acto interreligioso en la Catedral de Buenos Aires

  • El arzobispo porteño reflexionó sobre la fraternidad, la libertad y la memoria
  • El rabino, muy cercano al presidente, pidió que Dios le conceda sus deseos: sabiduría, templanza y coraje

Durante la mañana de este domingo y celebrando los 40 años de democracia ininterrumpida en el país, asumió el nuevo presidente la Nación, Javier Milei, junto a su vicepresidente, Victoria Villarruel, para el período 2023-2027.



Después de un día completo de actos institucionales, Milei y todo su gabinete participaron de un acto de invocación interreligiosa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.

Fue recibido por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Jorge García Cuerva, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, y los obispos auxiliares de Buenos Aires, Joaquín Sucunza, Gustavo Carrara, Alejandro Giorgi, y Ernesto Giobando, y el rector de dicho templo, el pbro. Alejandro Russo.

Estuvieron presentes el delegado enviado por el papa Francisco para esta asunción presidencial, el nuncio apostólico de Chile, Alberto Ortega Martín, y el nuncio apostólico en Argentina, Miroslaw Adamczyk.

Después de entregar una ofrenda floral en el Mausoleo donde descansan los restos del general José de San Martín, toda la comitiva del nuevo gobierno se dispuso a participar de la oración interreligiosa.

Tras el canto del “Vení creator”, se escuchó el texto del evangelio de san Mateo 7, 21.24-27, que menciona la fortaleza de la casa construida sobre roca. En su reflexión, García Cuerva expresó: “Nuestro país es nuestra casa. Somos conscientes que nuestra casa ha sufrido y sufre muchas tormentas. Sufre torrentes de exclusión, de dignidades pisoteadas, de inflación, de grietas, de intereses mezquinos, de desencanto y de sueños rotos. Por eso hoy nos toca a nosotros recordar, reforzar y valorar los cimientos que nos permitieron mantener viva la esperanza en los momentos más acérrimos”.

Destacó tres cimientos que se necesitan forjar

  • La fraternidad, trabajar la unidad entre los argentinos. Una fraternidad que reconozca e inclusive valore las diferencias. Agregó que las heridas urgentes piden a todos, especialmente a los dirigentes, la capacidad de comprometerse con la fraternidad social. “No nos dejemos robar la fraternidad social. Porque la cultura del encuentro no tiene límites. Nadie es prescindible. Nadie es descartable. Es necesario aprender a reencontrarnos y reconocer que somos una comunidad”, indicó. Pidió dejar de lado los personalismos y generar consensos y acuerdos para abrir nuevos caminos.
  • El segundo cimiento a recuperar es la libertad. Dijo que Dios nos quiere liberar de la opresión, la codicia, la avaricia; de la injusticia y la inequidad y de toda forma de violencia; “que nos hace libres, sí, pero para ser más dignos y solidarios”. Mencionó al papa Francisco quien en octubre del 2021, señaló que la verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. “Quien ha recibido el don de la liberación obrada por Dios, no puede pensar que la libertad consiste en el estar lejos de los otros, sintiéndolos como una molestia. No puede ver al ser humano encerrado en sí mismo, sino siempre incluido en una comunidad. La dimensión social es fundamental y nos permite mirar al bien común y no solo al interés privado“.
  • Finalmente, marcó que la memoria es otro cimiento a recuperar: la historia y el reconocimiento a tantos hombres y mujeres que forjaron la patria y la cimentaron las bases de la organización nacional: soberanía política, sistema representativo, forma republicana, federalismo. “No usemos sus nombres para desunir a los argentinos. Habrá tormentas inesperadas… pero también tenemos que advertirnos de las tormentas que nosotros mismos podemos generar y crear“: tormentas de la intolerancia, del sentirnos dueños de la verdad, de los oportunismos políticos, mensajes de desesperanza y de pánico… “Hoy estoy convencido que es revolucionario sostenernos en la esperanza y darnos otra oportunidad”.

Seguidamente, representantes de los credos que se profesan en el país, rezaron por el país y las nuevas autoridades. El arzobispo griego, Iosif Bosch, habló en nombre de todas las iglesias ortodoxas. Luego, dirigió una oración el obispo anglicano, Brian Williams. También lo hicieron Sheij Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica; y el representante de Aciera, pastor Christian Hooft. Un momento emotivo tuvo lugar con la participación de Shimon Axel Wahnish, rabino que acompaña la formación religiosa de Javier Milei, quien resaltó la capacidad de caerse y volver a levantarse, y después de referenciar al Rey Salomón, pidió a Dios que le conceda al presidente lo que él mismo más deseaba: sabiduría, templanza y coraje.

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