El Papa crea una nueva advocación mariana: “La Madre de los Descartados”

  • Francisco recibe en audiencia a la Iglesia catalana, con motivos de los 800 años de la cofradía de la Mare de Déu de Monserrat
  • El Pontífice presenta a la Virgen como “abogada y facilitadora en conflictos y problemas”, con la polémica sobre una futurible amnistía a los políticos independentistas de fondo: “Ella escucha al hijo criminal”

Francisco recibe en audiencia a la Iglesia catalana, con motivos de los 800 años de la cofrafía de la Mare de Déu de Monserrat

“Bon dia a tots!”. Con primer saludo en catalán, el Papa Francisco comenzó ayer su alocución a las más de 800 personas que ayer peregrinaron a Roma con motivo del 800 aniversario de la fundación de la Cofradía de la Mare de Déu de Montserrat. El Papa Francisco recibió en audiencia a los obispos de Cataluña, a los monjes benedictinos, a los cofrades y a otros tantos participantes en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, que se convirtió en un inusual ágora para una catequesis más que significativa, en tanto que se trata de la peregrinación más importante que ha hecho Montserrat en Roma desde la que hizo en el año 1950.



El Papa se detuvo en poner en valor la fe del pueblo catalán en ocho siglos hacia la Virgen de Montserrat, a la que se refirió como “la querida Moreneta”, que “está sentada y tiene al Niño en su regazo, es la ‘Mare de Déu’, y en su mano derecha sostiene una esfera que simboliza el universo, es la ‘Reina y Señora de todo lo creado’”. Para Francisco, esta bola del mundo supone una invitación “a vivir esa fraternidad universal, sin fronteras, sin exclusiones, que disipa las sombras de un entorno cerrado”.

Más que una abogada

“Para ella no hay descarte, es la Madre de los descartados, de los que nosotros descartamos porque va allí a buscarlos, no conoce la actitud de descartar a nadie”, apuntó en lo que podría considerarse una nueva advocación mariana que se suma a la “María apresurada” que ya designó de manera informal en su visita al santuario portugués de Fátima este verano.

Así, el pontífice presentó a María como “abogada” del pueblo, aunque rápidamente reconoció que este término es “demasiado funcional” y la definió como “facilitadora en los conflictos y los problemas, como en la falta de vino en las bodas”, apostilló refiriéndose al pasaje evangélico de Caná y con los planes de una futurible aministía a los políticos independentistas como telón de fondo.

El hijo criminal

“María escucha, escucha al hijo criminal también”, expuso con contundencia el Papa ante la atención de los presentes, con el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el abad de Montserrat, Manel Gasch, al frente.

“Ella nos ayuda a ‘desatar los nudos’ que se hayan hecho en nosotros y entre nosotros”, subrayó Francisco, apuntando además que “María también allana el camino de la amistad entre los pueblos, invitándonos a volver nuestra mirada al origen y la meta de nuestra existencia, que es Jesucristo, y nos anima a seguir su ejemplo, recorriendo las sendas de la paz, la amabilidad, la escucha y el diálogo paciente y confiado”.

Cercanía y ternura

Francisco recordó que justo hoy se celebra la advocación de Nuestra Señora del Rosario, lo que le llevó a subrayar que “celebrar a María es celebrar la cercanía y la ternura de Dios que se encuentra con su pueblo, que no nos deja solos, que nos ha dado una Madre que nos cuida y acompaña”. “Es celebrar la cercanía de Dios porque el estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura”, añadió.

A la par, puso en valor “la fuerza evangelizadora de la piedad popular”, en tanto que “crea condiciones favorables para que los lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos crezcan y se fortalezcan”. Es más, les recomendó la lectura de la encíclica ‘Evangelii Nuntiandi’ de Pablo VI, puesto que “tiene párrafos muy claritos sobre esta gracia ―es una gracia que tienen los pueblos― de la piedad popular”.

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