Los obispos asiáticos, contra el vertido radiactivo de Fukushima al mar

El gobierno japonés ha autorizado, contra el consejo de expertos y pescadores, que se echen al océano más de un millón de toneladas de agua contaminada

centra nuclear Fukushima tras el accidente

La Comisión de Medio Ambiente y Ecología y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur han mostrado su oposición al polémico vertido de aguas tratadas radiactivas al mar, autorizado por el gobierno japonés. A estas dos comisiones episcopales se han unido 42 organizaciones diocesanas del país para mostrar su “extrema preocupación” por esta decisión tomada contra la opinión de los pescadores, ecologistas o científicos.



Rechazo de científicos y vecinos

Estas agrupaciones, según informan los medios vaticanos, basándose en las convicciones de científicos y expertos, rechazan la tesis del gobierno japonés de que “la contaminación causada por el vertido radiactivo está disminuyendo y la zona de Fukushima es segura”. Las comisiones se basan en el “Informe de análisis sobre la contaminación radiactiva de los productos agrícolas y ganaderos japoneses”, publicado por el Centro Ciudadano de Vigilancia de la Radiación y la Federación Coreana de Movimientos Medioambientales en abril de 2023. En este informe se advierte de “una amplia contaminación radiactiva en los productos alimenticios” como son el 5,3% de los productos marinos, el 21,1% de los agrícolas y el 2,6% de los animales.

Los vertidos al océano Pacífico han comenzado ya esta semana y está previsto que vayan al mar más de un millón de toneladas de agua radiactiva procedente de la central nuclear de Fukushima Daiichi, destruida por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, según los medios japones. La empresa Tokyo Electric Power, de la que depende la planta, ya había previamente bombeado una pequeña cantidad ante la indignación en los países vecinos y entre los pescadores.

Ya en 2021, los obispos coreanos y japoneses publicaron una declaración conjunta contra el vertido de agua de la central de Fukushima al mar, señalando que la salud de la humanidad y la vida de la Creación son los bienes que hay que proteger. También el papa Francisco el 25 de noviembre de 2019 se reunió con víctimas de la llamada “triple catástrofe” de 2011, del terremoto, el tsunami y el accidente nuclear durante su visita a Japón.

Tras comenzar la operación, también la la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Japón ha rechazado la medida. “El gobierno debería escuchar con humildad las protestas de los residentes locales, pescadores, asiáticos orientales, isleños del Pacífico y otros, dentro y fuera del país”, señalan en una nota conjunta con los obispos coreanos. “Toda destrucción del medio ambiente es un problema que se deriva de nuestra negligencia al creer que cierta cantidad es tolerable, nuestra determinación de no permitir nunca este acto indignante es una cuestión de ética y de responsabilidad hacia la tierra de mañana y los niños del futuro”, señalan los obispos.

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