En una entrevista con ‘Tg1’ y compartida por ‘Ansa’, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha opinado sobre las elecciones que se celebran el próximo 25 de septiembre en Italia y les ha pedido a los futuros representantes de los ciudadanos que miren por la “la buena política”, siendo esta, única y exclusivamente, “la que se pone al servicio del país y de sus necesidades concretas”.
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De ahí que deban realizar un proceso de sano discernimiento y tratar de “escuchar realmente cuáles son las necesidades, y son muchas, de nuestro pueblo, e intentemos dar respuestas concretas, tratando de aunar fuerzas”.
En este sentido, Parolin ha reclamado que “los católicos deben volver a expresar su posición dentro del debate político: que hablen y que también sean tomados en cuenta, porque creo que los católicos, por su historia y por el contenido de sus propuestas, pueden realmente dar respuestas eficaces y eficientes a los problemas del país y también a una determinada forma de vivir la política. Obviamente, cuando estás dentro de un partido, también debes aceptar su disciplina y sus directrices. Pero creo que los católicos podrían tener una posición más autónoma y más profética”.
Catástrofe nuclear
El ‘número dos’ del Vaticano también ha abordado la situación en Ucrania y ha pedido “evitar cualquier escalada”, especialmente en torno a la central nuclear en Zaporiyia, y más “sabiendo las consecuencias que se producirían si se diera un paso en falso por error”.
Además, el principal responsable de la diplomacia vaticana ha defendido el papel de mediación de la Iglesia desde que Rusia invadiera Ucrania hace más de seis meses. Un compromiso por el diálogo y la paz no siempre bien entendido por ambas partes. Pese a ello, ha vuelto a señalar que “permanecemos siempre disponibles, en el sentido de no cerrar la puerta a nadie, tratando de ofrecer a todos los implicados, a los protagonistas, la posibilidad de encontrar un terreno neutral en el que encontrarse y en el que buscar una solución que sea, como decía Juan Pablo I, ‘justa y completa’”.
