Las 3 claves de Patrón Wong para pastorear Xalapa: santidad, unidad y alegría misionera

  • El quinto arzobispo diocesano inició su ministerio episcopal con una eucaristía en el auditorio Miguel Sáinz de la Casa de la Iglesia
  • El día anterior veneró las reliquias de san Guízar y Valencia

Jorge Carlos Patrón Wong

Este martes 8 de febrero la arquidiócesis de Xalapa, en el estado de Veracruz, recibió a su nuevo pastor: Jorge Carlos Patrón Wong, quien se venía desempeñando como Secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero en el Vaticano.



La arquidiócesis de Xalapa, con alrededor de 1.5 millones de fieles católicos, se encontraba vacante desde agosto del año pasado luego del fallecimiento repentino de Hipólito Reyes Larios, a causa de una hemorragia interna. Reyes Larios estaba a punto de cumplir los 75 años de edad.

Fue el 8 de diciembre de 2021 cuando México conoció la designación de Jorge Carlos Patrón Wong como el quinto arzobispo de Xalapa, diócesis de la que fuera obispo el santo patrono del episcopado mexicano, san Rafael Guízar y Valencia, de 1919 a 1938, durante la Guerra Cristera.

Preparando el camino

El nuevo arzobispo, de 64 años de edad y quien es originario de Mérida, Yucatán, inició su agenda pastoral desde el pasado domingo 6 de febrero, con una visita al Seminario Mayor de Xalapa.

El lunes 7 de febrero, por la mañana, ofició una misa con las Madres Agustinas, y a las 10:00 horas veneró la tumba de san Rafael Guízar Valencia, para después tener una rueda de prensa con distintos representantes de los medios de comunicación.

Fue alrededor de las 19:00 horas cuando llegó a la Catedral de Xalapa, donde fue recibido por el Consejo de Consultores, hizo su profesión de fe y ofreció su primer un mensaje a los feligreses.

El inicio de su ministerio

Este 8 de febrero se llevó a cabo la misa de inicio de ministerio como arzobispo de Xalapa en el Auditorio Miguel Sáinz de la Casa de la Iglesia, a las 11:00 horas, con una reducida participación de fieles debido a la contingencia sanitaria.

En la celebración participaron una docena de obispos, entre ellos el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, y el vicepresidente, Gustavo Rodríguez, arzobispo de Yucatán.

En su primera homilía como obispo de Xalapa, Patrón Wong destacó el papel de los obispos que ha tenido esa Iglesia particular, del clero diocesano y de los miembros de la vida consagrada que han acompañado al pueblo de Dios, así como de los laicos que se han entregado a la tarea de transformar las “realidades deshumanizantes” que se viven en esa región.

Las tres claves del trabajo pastoral

Patrón Wong delineó la ruta que seguirá la arquidiócesis de Xalapa bajo su gobierno pastoral, la cual está basada en tres vías: santidad, unidad y alegría misionera.

En este sentido, llamó a los sacerdotes, religiosas y laicos a la santidad, viviendo el amor cada día y en cada momento; sin doblegarse al egoísmo y a la falsedad.

De manera particular, exhortó a las familias a que impulsen los sueños que Dios ha colocado en su corazón de sus hijos, basados en el servicio y de amor desinteresado.

“No contaminemos el corazón de los jóvenes y de nuestros niños con propuestas de placer, poder e individualismo; dejemos que Dios realice en ellos sus proyectos de amor“, dijo.

Al referirse a la segunda vía: la unidad, Patrón Wong pidió no hacer lo mismo que “aquellos personajes públicos bien conocidos” que se dedican a dividir, a polarizar y a ganarse  enemigos todos los días.

“Quienes somos seguidores de Cristo, somos fruto de la oración sacerdotal de Jesús: ‘que todos seamos uno’. En nuestro interior surge el deseo de la comunión, la fraternidad y la sinodalidad“.

Recordó que el camino de la unidad es fatigoso y mantiene siempre humildes a las personas, aceptando sus límites, y sabedoras de que solos no se logra nada, y que el trabajo en equipo es mejor para la construcción de un mundo mejor.

Finalmente, se refirió a la alegría misionera como una tercer vía.

Por naturaleza –dijo– los cristianos somos anunciadores de la Buena Nueva. Cuando experimentamos el amor de Dios en Cristo no podemos contener el deseo de comunicarlo. Nuestra fe tiende a difundirse, a compartirse, especialmente cuando estamos rodeados de tanto sufrimiento, violencia y miseria”.

Hizo un llamado a no permitir que el desánimo y el pesimismo invadan a la sociedad porque entonces “nos volveríamos estériles”, aseguró.

“Nadie emprende una lucha si de antemano no confía en el triunfo, y con Cristo, el resultado está asegurado“, dijo.

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