La Jornada de la Vida Consagrada 2022 ya tiene lema

Los obispos animan a “caminar juntos en cada una de las dimensiones fundamentales de la consagración, la escucha, la comunión y la misión”

“Caminando juntos” es el lema elegido para celebrar, el próximo 2 de febrero, la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. De esta manera, los consagrados se unirán al camino sinodal, invitados por los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada a “caminar juntos” desde la consagración, la escucha, la comunión y la misión.



“Mientras avanzamos en el camino sinodal“, escriben los obispos, “damos gracias a Dios por el don de la vida consagrada que enriquece a la Iglesia con sus virtudes y carismas y le muestra al mundo el testimonio alegre de la entrega radical al Señor”. Y es que, con el mensaje de este año, los prelados explican que se evoca a “volver la mirada al mismo Jesús ‘que se proclamó ‘camino, verdad y vida'”.

Tal como recuerda el Episcopado, “para la vida consagrada, la invitación a caminar juntos supone hacerlo en cada una de las dimensiones fundamentales de la consagración, la escucha, la comunión y la misión”. En la consagración, explican, “significa ser conscientes de la llamada recibida, la vocación compartida y la vida entregada. En el fondo, supone darse cuenta de que a Dios solo se le encuentra caminando”.

Pasos fundamentales

En la escucha de la Palabra de Dios, matizan que “este camino común para encontrar a Dios solo se puede hacer desde la escucha“. Así, animan a “agudizar el oído para escuchar al Espíritu, a los hermanos con los que se comparte la vida y a la humanidad herida con sus gozos y tristezas es la mejor garantía para caminar juntos por las sendas de la fidelidad a la propia vocación”.

Del mismo modo, esto implica “las tres condiciones” para “la verdadera escucha: reciprocidad, respeto y compasión“. “Se hace necesaria siempre sincera comunicación, empatía hacia el otro y apertura de corazón para recibir la verdad que nos pueda comunicar. Solo así, los consagrados pueden encontrar los caminos de un genuino crecimiento y convertirse en testimonio interpelante en medio de la sociedad, que en ocasiones cierra sus oídos a la voz de Dios y al grito de los más débiles”, aseveran los obispos”.

En referencia a la tercera dimensión, explican que caminar juntos en la comunión, significa que “los consagrados están llamados a ser en la Iglesia y en el mundo”. “La comunión eclesial”, continuan, “que no supone uniformidad, es el sello de discernimiento y verificación del camino sinodal. Por eso, caminar juntos en unidad y armonía invita a los consagrados a fortalecer la comunión dentro de las mismas familias carismáticas; con otros institutos favoreciendo la intercongregacionalidad; y, sobre todo, en la Iglesia local, intensificando la implicación y la participación en la vida diocesana”.

Por último, los obispos explican que “caminar juntos en la misión supone descubrir «la dulce y confortadora alegría de evangelizar y experimentar simultáneamente la alegría de creer y el gozo de comunicar el Evangelio”. En referencia a la vida consagrada, “caminar juntos en misión supone reforzar la corresponsabilidad y el compromiso en la misión de la Iglesia local aportando sus dones carismáticos sin perder nunca de vista la disponibilidad a la Iglesia universal”.

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