“La encíclica ‘Fratelli tutti’ es la Carta Magna de nuestro tiempo”

Representantes de diversas comunidades religiosas participan en un seminario virtual sobre la aportación que las mujeres pueden hacer a la lectura del texto magisterial del papa Francisco

Shahrzad Houshmand Zadeh

La encíclica ‘Fratelli tutti’ del papa Francisco, publicada el pasado mes de octubre, supone la “Carta Magna de nuestra civilización y de nuestro tiempo”. Con estas palabras definió el texto magisterial del Pontífice la teóloga musulmana iraní Shahrzad Houshmand Zadeh, profesora de Estudios Islámicos en la Pontificia Universidad Gregoriana y vicepresidenta del Consejo de Mujeres del Pontificio Consejo para la Cultura.



Este organismo vaticano nacido hace cuatro años por impulso de Jorge Mario Bergoglio organizó este miércoles, junto a la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), un seminario virtual bajo el título ‘Las mujeres leen ‘Fratelli Tutti’‘. El encuentro tuvo un carácter ecuménico e interreligioso y en él participaron los cardenales Miguel Ángel Ayuso y Gianfranco Ravasi, respectivos presidentes de los Pontificios Consejos para el Diálogo Interreligioso y la Cultura.  

‘Fratelli Tutti’, un “sólido puente” entre religiones

“Es una encíclica poética, pero al mismo tiempo supone un grito que pretende despertar las conciencias frente a las injusticias políticas, económicas y sociales. Es un grito contra el individualismo y el egoísmo ciego que daña a pueblos y naciones enteras”, dijo Houshmand Zadeh, para quien la encíclica establece un “sólido puente” entre las religiones al afirmar que “la verdadera fe solo puede realizarse cultivando el amor por los demás”.

María Lía Zervino, presidenta de la UMOFC, destacó por su parte cómo con la pandemia del coronavirus “las mujeres, más que nunca, no sentimos corresponsables de la reflexión para que se eduque en la aplicación de ese tesoro para la humanidad que supone la encíclica”. ‘Fratelli Tutti’, subrayó, permite abrir “un nuevo capítulo en la historia de la humanidad, al exigir y promover un estilo de vida diferente, cuyo núcleo es la cultura del encuentro”.  

Cita entre Bergoglio y Al-Sistani

Frente al “desafío” que plantea el texto magisterial del Papa, las mujeres desean responder porque “queremos y sabemos cuidar de una sociedad enferma. Llevamos haciéndolo desde hace siglos. Somos bastante expertas en la cultura del cuidado, no solo de los más necesitados, sino también de los hogares”. Lía Zervino destacó la “idoneidad femenina” a la hora de crear “bienes relacionales”, que “no se consumen” y son determinantes en la creación de una “amistad social” sobre la que se construye la fraternidad.

Houshmand Zadeh puso como ejemplo de esa actitud el inminente viaje de Francisco a Irak, un país en el que permanecerá entre este viernes y el próximo lunes. “El Papa cumple con lo que ha escrito y va a esta tierra martirizada, donde se encontrará con el mayor líder religioso chií nacional, Al-Sistani, con el que creará un entendimiento espiritual luminoso”, aventuró la teóloga musulmana, recordando el encuentro de hace dos años en Abu Dhabi entre Bergoglio y Al-Tayeb, jeque de Al-Azhar y líder de la comunidad sunní, con el que firmó el importante ‘Documento sobre la Fraternidad’.

“Peculiar aportación” femenina

En este sentido, el cardenal Ayuso celebró en su intervención cómo las mujeres, por su “capacidad de escucha y apertura a los demás”, pueden hacer una “peculiar aportación” al diálogo interreligioso para pasar así “de un mundo de socios a un mundo de hermanos y hermanas”. El cardenal Ravasi, por su parte, celebró la riqueza que supone la “mirada femenina” a la lectura de la encíclica ‘Fratelli Tutti’, que permite “entender matices y dimensiones que se nos podían haber escapado”.

Además de las embajadoras de Argentina y Perú, entre otras diplomáticas que también apoyaron la organización del seminario, en el encuentro participaron representantes judías, budistas, hinduistas y de otras Iglesias no católicas. Swamini Hamsananda Ghiri, representante de la comunidad hindú, aplaudió la aportación de la encíclica y recordó que “nosotros somos la casa y los que en ella viven, por lo que proteger la casa es protegernos a nosotros”.

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