En la clausura del Jubileo, el Papa pide “no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón”

papa Francisco preside misa de clausura del Jubileo de la misericordia Plaza de San Pedro Vaticano 20 noviembre 2016

Francisco preside la misa de conclusión del Año Santo de la misericordia y recuerda que “lo esencial” es el amor

papa Francisco misa conclusión Jubileo Año Santo Misericordia cierre de la puerta santa basílica de San Pedro

Momento en que el Papa ha cerrado de la puerta santa de la basílica vaticana, hoy domingo

MARÍA GÓMEZ | Hoy domingo 20 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, la Iglesia católica ha dado por concluido el Jubileo de la misericordia, este Año Santo Extraodinario que comenzaba el 29 de noviembre en República Centroafricana y posteriormente, el 8 de diciembre, con la apertura de la puerta santa de la Basílica de San Pedro. Casi 12 meses después, el Papa ha vuelto a cerrar la puerta del templo vaticano. Minutos antes, en su cuenta de Twitter, había escrito: “Cerramos hoy la Puerta Santa dando gracias a Dios por habernos concedido este tiempo extraordinario de gracia. Que el Jubileo de la Misericordia, que termina hoy, siga produciendo frutos en los corazones y en las obras de los creyentes”.

La mañana comenzaba, pues, frente a la puerta de la Basílica, donde se produjo el rito de cierre. Francisco estaba acompañado por los miembros del Colegio cardenalicio, incluidos los nuevos purpurados que se crearon en el consistorio de ayer sábado.

Luego, en breve procesión, salieron a una soleada y abarrotada Plaza de San Pedro. Tras la liturgia de la Palabra, el Papa pronunció su homilía, que comenzaba con un comentario sobre la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, que no se muestra con “poder ni gloria”, sino que “su realeza es paradójica: su trono es la cruz; su corona es de espinas”.

El Papa habló del pueblo que se aleja de su Rey por comodidad o por falta de esperanza; de los que se burlaban de él y le conminaban a revelar su superioridad; y del ladrón que fue crucificado a su lado y que al final creyó en el Reino. Todas estas figuras tienen en común la respuesta de Jesús: no la tentación de ejercer el poder según los criterios del mundo, sino el amor: “Solo este amor ha vencido y sigue venciendo a nuestros grandes adversarios: el pecado, la muerte y el miedo”.

papa Francisco preside misa de clausura del Jubileo de la misericordia Plaza de San Pedro Vaticano 20 noviembre 2016

Aspecto de la Plaza de San Pedro durante misa de clausura

Las frases más importantes de la homilía

  • “Verdaderamente el reino de Jesús no es de este mundo… La grandeza de su reino no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas… Solo este amor ha vencido y sigue venciendo a nuestros grandes adversarios: el pecado, la muerte y el miedo”.
  • “Sería poco creer que Jesús es Rey del universo y centro de la historia, sin que se convierta en el Señor de nuestra vida: todo es vano si no lo acogemos personalmente“.
  • “Frente a las circunstancias de la vida o ante nuestras expectativas no cumplidas, también podemos tener la tentación de tomar distancia de la realeza de Jesús… Pero el pueblo santo, que tiene a Jesús como Rey, está llamado a seguir su camino de amor concreto; a preguntarse cada uno todos los días: ‘¿Qué me pide el amor? ¿A dónde me conduce? ¿Qué respuesta doy a Jesús con mi vida?'”.
  • “Se burlaban de Jesús… Si es Dios, que demuestre poder y superioridad. Esta tentación es un ataque directo al amor: ‘Sálvate a ti mismo’; no a los otros, sino a ti mismo. Es la tentación más terrible“. “Ante este ataque al propio modo de ser, Jesús no habla, no reacciona. No se defiende, no trata de convencer, no hace una apología de su realeza. Más bien sigue amando, perdona, vive el momento de la prueba según la voluntad del Padre, consciente de que el amor dará su fruto”.
  • “Cuántas veces hemos sido tentados a bajar de la cruz. La fuerza de atracción del poder y del éxito se presenta como un camino fácil y rápido para difundir el Evangelio, olvidando rápidamente el reino de Dios como obra”.
  • “Este Año de la misericordia nos ha invitado a redescubrir el centro, a volver a lo esencial. Este tiempo de misericordia nos llama a mirar al verdadero rostro de nuestro Rey, el que resplandece en la Pascua, y a redescubrir el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es acogedora, libre, fiel, pobre en los medios y rica en el amor, misionera”.
  • “Dios, apenas le damos la oportunidad, se acuerda de nosotros. Él está dispuesto a borrar por completo y para siempre el pecado, porque su memoria, no como la nuestra, olvida el mal realizado y no lleva cuenta de las ofensas sufridas. Dios no tiene memoria del pecado, sino de nosotros, de cada uno de nosotros, sus hijos amados. Y cree que es siempre posible volver a comenzar, levantarse de nuevo”.
  • “Pidamos también nosotros el don de esta memoria abierta y viva. Pidamos la gracia de no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón, sino de saber ir más allá del mal y de las divergencias, abriendo cualquier posible vía de esperanza”.
  • “Aunque se cierra la puerta santa, permanece siempre abierta de par en par para nosotros la verdadera puerta de la misericordia, que es el Corazón de Cristo”.

Carta apostólica ‘Misericordia et misera’

Al término de la misa, se procedió a la firma de la Carta apostólica Misericordia et misera, con la que el papa Francisco quiere insistir en la necesidad de mantener viva en la Iglesia la misión de llevar la misericordia al mundo. El texto será presentado mañana lunes.

 


ESPECIAL FINAL DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA:

Así te hemos contado la misa en Twitter

Compartir