El arzobispo de Dublín lava los pies a víctimas de abusos

Momento en el que el cardenal O'Malley lava los pies a una de las víctimas

(M. Gómez) “Hay momentos en los que el silencio y la escucha son más importantes que las palabras y lo que podamos decir”. Con esta elocuente confesión comenzaba el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, una liturgia de lamento y arrepentimiento por los abusos sexuales a menores que tuvo lugar el 20 de febrero en la pro-catedral de St. Mary de la capital irlandesa. Es la enésima muestra de disculpa por parte del arzobispo, que siempre ha reiterado que no hay palabras de perdón suficientes para las víctimas.

Reconociendo “la humillación que habéis sufrido” por estos “pecados”, Martin agradeció a las miles de víctimas que estaban en el templo “que no hayáis permanecido en silencio. (…) El primer paso hacia algún tipo de curación es permitir que se sepa la verdad”.

Junto con Martin, copresidía la ceremonia el cardenal de Boston, Sean O’Malley, uno de los cuatro prelados designados por Benedicto XVI para realizar una visita apostólica a la Iglesia de Irlanda, ordenada después de conocerse los escándalos. En un acto de “servicio humilde” –dice la nota de prensa–, O’Malley y Martin lavaron los pies a un grupo representativo de las víctimas.

“La expiación pública por los fallos de la Iglesia –añadió el cardenal estadounidense– es un importante elemento de petición de perdón a aquellos que han sido dañados por los sacerdotes y obispos, cuyas acciones, e inacciones, han dañado gravemente las vidas de los niños que se les confiaron”.

En el nº 2.743 de Vida Nueva.

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