Sigifredo Noriega – Obispo de Zacatecas

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“Si el ego prevalece, nos conduce a conflictos”

El primer vocal del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Sigifredo Noriega, considera que el mensaje que el papa Francisco dio a los obispos del país en la catedral de México el 13 de febrero invita a un compromiso para evitar los privilegios y procurar el servicio, que es donde radica la verdadera autoridad.

¿Qué recupera del mensaje del Papa a los obispos de México?

La relación de la mirada con aquella mirada de Nuestra Señora de Guadalupe, una mirada llena de ternura y compasión hacia todas las personas; no solo de la Iglesia de México, sino a todos aquellos que se acercan a ella. Que buscan, no ya cosas materiales, sino cariño y consuelo. Buscan esa puesta en práctica de la misericordia. En nuestro ministerio, me parece que esa mirada, al tiempo de hacernos sentir amados, nos compromete. Algo que el Papa nos aplica a todos, no solo a las autoridades. A todos los que tenemos, de una u otra forma, alguna autoridad: “No privilegios, sí servicio”. Y, al mismo tiempo, no debemos ser príncipes, sino servidores.

Esto lo aplica a todos: al obispo, al sacerdote, al político, al presentador de noticias, al obrero, en fin, a todo cristiano. Evidentemente, es un mensaje muy claro para quienes tenemos un servicio más visible; yo lo entiendo de una manera muy directa, en mi propia persona.

¿Cómo podría una autoridad cualquiera evitar estos deseos de privilegios?

Es expresión de nuestra espiritualidad. En la persona se necesita humildad, sencillez; se requieren ese tipo de actitudes –antes decíamos virtudes–, que son las condiciones de posibilidad para una vida servicial, para salir al encuentro, para ser unas personas propositivas. Se requiere aplacar el ego; es una lucha permanente contra la soberbia y el orgullo. Ese es el primer pecado capital: dejamos que salga el ego y, en consecuencia, es muy fácil que uno se corrompa.

No vi a nadie ofendido, pero sí llamados al compromiso

En esas defensas del ego propio se generan diferencias, desacuerdos, y el Papa dijo que si había discusión, que se hiciera con claridad de palabra pero sin dejar de pedir perdón…

Todo eso lo veo muy humano y muy cristiano. El ego, si prevalece, te llevará a conflictos en las relaciones humanas. No solo a desacuerdos, sino a cierto tipo de violencia.Todos somos seres humanos, todos somos propensos a este tipo de conflictos, inevitables en las relaciones humanas. Ante esto, Francisco pide la espiritualidad de comunión, pero esta espiritualidad no llega sola. Hay que buscarla. Y debe haber este reconocimiento humilde, donde se pude decir que no se está de acuerdo, pero también pedir perdón si el otro se ha sentido ofendido. Eso me parece muy cristiano y es lo que construye la comunión.

¿Cree que ha caído pesada la expresión ‘pelearse como hombres’ entre los obispos mexicanos que eran interpelados por el Papa?

Lo que escuché entre mis hermanos es que lo han tomado como una expresión coloquial; pero también una urgencia que tomar muy en cuenta. No vi a nadie ofendido, pero sí llamados al compromiso. Sí, tenemos que afrontar las diferencias, y afrontarlas con dignidad y con serenidad. Así lo entendí.

Felipe Monroy

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