Mensaje final de la pastoral social del noroeste argentino (NOA)

Pidieron mayor participación y compromiso para la construcción de una sociedad más justa y solidaria, sin excluidos

Durante el fin de semana se realizó en la ciudad de La Rioja el encuentro de Pastoral Social de la región del Noroeste Argentino (NOA), bajo la consigna: “En democracia, desde el Evangelio, construimos el futuro que soñamos”.



Los equipos de pastoral social del norte argentino (arquidiócesis de Salta y de Tucumán, las diócesis de Añatuya, Catamarca, Concepción Jujuy, La Rioja, Orán, y Santiago del Estero; y las prelaturas de Humahuaca y Cafayate) participaron de estas jornadas que señalaban un marco especial, por los 10 años de pontificado del papa Francisco, la celebración de los 40 años de democracia en el país, y los 100 años del nacimiento del beato Enrique Angelelli.

El objetivo planteado desde la organización fue “promover una mayor participación ciudadana y un compromiso corresponsable de cada persona e institución en la construcción de una sociedad más justa y solidaria donde nadie quede excluido”.

Hacia una sociedad más justa

Los representantes de las diócesis compartieron las angustias y dolores de las comunidades ante la pobreza y la exclusión, pero con la esperanza puesta en la construcción de una sociedad más participativa, en la que la fe y los valores sean los motores que animan la edificación de un futuro mejor donde todos sean incluidos.

Los hermanos jujeños plantearon la difícil situación que atraviesan. Se vislumbro allí la acción de la Iglesia que busca comprometerse y colaborar en el camino del diálogo en la pelea contra la injusticia y la desigualdad.

Siguiendo las enseñanzas de la parábola del sembrador, la pastoral social del NOA espera sembrar de tal modo que la semilla llegue a todos, preparar la tierra, cuidándola y regándola para ver los frutos. “Somos enviados a hablar, anunciar, dialogar, asegurándonos de haber comprendido el sentido de la misión que se nos encomienda, para no caer en la superficialidad o mantener la dureza de nuestro corazón que no le permite echar raíces”, expresaron en el mensaje final del Encuentro.

Para encarar esta misión es fundamental la formación, la lectura orante de la Palabra, el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, la investigación, y la observación atenta.

En este sentido y de manera especial, se propone “encarnar la democracia como un estilo de vida, promover la organización y la participación comunitaria, la escucha atenta y el diálogo”.

Desafíos

Mencionaron los desafíos actuales, traducidos en tres situaciones sociales concretas:

  • El abordaje de las adicciones con las múltiples acciones que se están realizando; hay necesidad también de crear nuevos espacios de prevención y contención.
  • La problemática de la tenencia y el uso de las tierras evitando la concentración y la extranjerización, el cuidado del ambiente y los reclamos por los derechos de los pueblos originarios,
  • La necesidad de mayor participación social y política desde la escucha atenta, diálogo sostenido, la perseverancia en medio de las dificultades, iniciando y acompañando procesos comunitarios, revalorizando el rol de la mujer.

Destacaron la necesidad de articular esfuerzos en una agenda común para la región como espacio pastoral integrador de las acciones que buscan la dignidad de la persona en su desarrollo humano integral, fortaleciendo la unidad y el trabajo en red con otros actores sociales, y asumiendo de un modo especial el cuidado de toda vida y de la familia.

Los miembros de los equipos de pastoral social aseveraron: “Creemos indispensable vivir en la verdad como garantía de la libertad, asumiendo que sin participación no hay democracia, que es preciso recuperar la confianza en la patria, mediante un amplio consenso político y social, donde el pueblo sea protagonista de su historia”.

Por los 40 años ininterrumpidos de democracia celebraron con memoria agradecida el camino recorrido, reconociendo logros, deudas y desafíos. Aludieron al papa Francisco quien en su Magisterio subraya la importancia de tener en cuenta la dimensión social de la fe y nos impulsa a salir al encuentro, y a Enrique Angelelli que promovió y concretó, en palabras y acciones, una pastoral distintiva en la corresponsabilidad para el desarrollo integral.

Finalmente, hicieron un llamado a caminar juntos, con la fuerza de Dios “que nos mueve y nos sostiene, como lo hizo con tantos que silenciosamente dieron su vida luchando por la verdad y la justicia”. Reconocieron a los beatos mártires de la Rioja, los mártires del Zenta, Mama Antula y Fray Mamerto Esquiú, quienes con su vida de santidad coronan el sacrificio de sus vidas por amor a los hermanos. A ellos encomiendan las semillas de este encuentro para que den fruto abundante de fraternidad, justicia y paz.

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