“Horizontes de novedad” en la Vida Consagrada latinoamericana

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El Congreso y la Asamblea General de la CLAR planteron nuevos derroteros en la vivencia de los carismas

Como un “nuevo Pentecostés para las religiosas y los religiosos de América Latina y el Caribe” ha calificado el sacerdote colombiano Gabriel Naranjo Salazar –hasta hace poco secretario general de la CLAR–, la doble experiencia del Congreso de Vida Consagrada y de la XIX Asamblea General de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, que tuvieron lugar en Bogotá (Colombia), consecutivmente, del 18 al 21 de junio, el primero, y del 21 al 24 del mismo mes, la segunda.

Desde la anterior Asamblea General, celebrada hace tres años en Quito (Ecuador), la CLAR había previsto “un congreso de Vida Consagrada con motivo de los 50 años de la Perfectae Caritatis, que es el decreto del Concilio Vaticano II para la renovación de la Vida Religiosa”. Posteriormente, con el anuncio del Año de la Vida Consagrada y la publicación de la carta que el papa Francisco dirigió a los religiosos, el Congreso de la CLAR se convirtió en la más importante expresión reflexiva, celebrativa y prospectiva de la Vida Consagrada del Continente.

Así lo experimentaron la Presidencia de la CLAR, el Equipo de Teólogos Asesores de la Presidencia (ETAP), el Secretariado General y la Comisión ad hoc, responsables de la coordinación del Congreso, durante su proceso de preparación, de realización y –ahora– de proyección, al compás de la temática que también ha permeado la Asamblea General: “horizontes de novedad en la vivencia de nuestros carismas hoy; escuchemos a Dios donde la Vida Consagrada clama”. De hecho, el padre Naranjo Salazar asegura que “lo más importante ha sido vislumbrar no tanto una nueva Vida Consagrada, sino una Vida Consagrada nueva, porque creemos que todo esto puede favorecer una manera nueva de vivir la Vida Consagrada”.

El congreso

Mons. Pierre Jubinville, obispo de San Pedro, Paraguay

Mons. Pierre Jubinville,
obispo de San Pedro, Paraguay

Más de 1.500 participantes, provenientes de 22 países latinoamericanos y de otras regiones del mundo, respondieron a la convocatoria de la CLAR, superando con creces las previsiones que se hicieron inicialmente para 1.000. La masiva acogida que tuvo el congreso representó un auténtico desafío logístico que llevó a redoblar esfuerzos y ampliar el equipo de voluntarios, a fin de garantizar la recepción en el aeropuerto, los traslados, la alimentación, y los hospedajes –en comunidades religiosas, parroquias y casas de familia–, entre otros, al igual que la elaboración de varios subsidios de apoyo como los Boletines Informativos del Congreso –que se enviaron períodicamente por e-mail–, el Instrumento de Trabajo, las fichas de información y orientación, el Manual del Congresista y la Guía Práctica. Asimismo, para acompañar la etapa de preparación, los dos primeros números de la Revista CLAR de 2015 profundizaron en el Año de la Vida Consagrada y en la temática del Congreso.

Por otra parte, vale la pena destacar que el congreso abrió sus puertas a las Jornadas Alternas para atender las incesantes solicitudes de inscripciones que continuaron llegando a nivel local, y para viabilizar la inclusión de la Vida Consagrada Contemplativa en una jornada previa que se llevó a cabo el 17 de junio, con la participación de más de un centenar de religiosas de clausura. Simultáneamente, ese mismo día unos 300 delegados de las nuevas generaciones de la Vida Consagrada del continente concluyeron su itinerario de pre-congreso con una jornada de integración, reflexión y síntesis, animada por la comisión de nuevas generaciones de la CLAR.

Desde el punto de vista metodológico, el congreso se inspiró en las dinámicas de reflexión-acción que se derivan del método ver-juzgar-actuar, expresadas en forma de clamores, convicciones y compromisos. Así, el primer día (18 de junio) se escucharon los clamores de los nuevos escenarios y sujetos del continente, el segundo día (19 de junio) se analizaron las convicciones que emanan del Icono de Betania –casa de encuentro, comunidad de amor, corazón de humanidad–, y los dos últimos días (20 y 21 de junio) se definieron los compromisos para que una Vida Consagrada nueva y en salida sea posible.

Tanto los ponentes que intervinieron en las mañanas, como los talleristas que animaron las temáticas de las tardes, consideraron el contexto eclesial marcado por la conmemoración de los 50 años del Conciclio Vaticano II y la exhortación apostólica Evangelii gaudium, sin dejar de considerar las realidades de los pueblos latinoamericanos. La religiosa mexicana Mercedes Casas Sánchez, presidenta de la CLAR, en sus palabras de apertura recordó que “este congreso se desenvuelve en medio del contexto de este continente, lleno de luces y de sombras, de riqueza y de complejidades; de rostros de dolor y de esperanza (…). No queremos dejar que nada nos robe la alegría, pero no podemos ignorar realidades que como Vida Consagrada nos confrontan y nos comprometen a repensar nuestras presencias, nuestra manera de ser y de estar; que nos exigen más mística y más profecía para despertar al mundo”.

Entre los ponentes, monseñor Pierre Jubinville, de Paraguay, abordó los escenarios y sujetos emergentes en la realidad socio-cultural y en la Vida Consagrada; la Hna. Mercedes Casas expuso la hermenéutica del Icono de Betania, Horizonte Inspirador de la CLAR; el cardenal brasilero João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), destacó los Horizontes de novedad de la Vida Consagrada en el magisterio del papa Francisco; y el sacerdote jesuita Víctor Codina, de Bolivia, propuso una hermenéutica de los documentos del Vaticano II sobre la Vida Consagrada. Sobre estos asuntos también se desarrollaron dos paneles con las nuevas generaciones y el ETAP y un foro con la participación de algunos invitados especiales, representantes de la Unión de Superiores y Superioras Generales (USG y UISG) y de la Vida Religiosa de Canadá, Estados Unidos y España.

IMG_2583El congreso permitió la participación activa y la escucha discipular, priorizó las experiencias más que los contenidos, la reflexión hermenéutica más que la teórica, las miradas a futuro más que al pasado, y la apertura a las nuevas generaciones, a las tecnologías y a los lenguajes nuevos. Se posibilitó la construcción de sinergias intercongregacionales, intergeneracionales, interculturales e interrelacionales. Así se constató, particularmente, en los 41 talleres que se desarrollaron en torno a diez núcleos temáticos –las nuevas generaciones, la humanización y la espiritualidad, los pobres, el cambio sistémico, la justicia, la paz y al integridad de la creación, la interculturalidad, la intercongregacionalidad, la comunión eclesial, los carismas y los laicos, y la salida misionera– y seis ejes transversales –misión, espiritualidad, comunión, consagración, formación y animación–.

Los momentos de Lectura Orante, las celebraciones eucarísticas –particularmente la conmemoración de la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero– y el encuentro con la Iglesia local –presidido por el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente del CELAM– que incluyó un concierto de música religiosa por el Año de la Vida Consagrada, acrecentaron el sentido místico, profético y germinal del Congreso.

Con todo, además de las 590 páginas del libro de las memorias que recibieron los participantes, los frutos del congreso también se vislumbran en la Síntesis Interpretativa y en el Mensaje Final. Allí se esbozan algunos “horizontes de novedad” para que una Vida Consagrada nueva sea posible, inspirada por el modelo trinitario, el seguimiento de Jesucristo, la memoria profética-martirial, la resignificación de los consejos evangélicos, la misión compartida con los laicos, la opción por los pobres, la ternura, la misericordia, la intercongregacionalidad, la humanización de las relaciones, la defensa de la vida amenazada, y el cuidado de la casa común, entre otros.

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Horizontes

El Congreso de Vida Consagrada destacó los siguientes horizontes de novedad en la vivencia de los carismas:

  • “La Trinidad es el modelo de nuestra hermandad; nos conduce a la unidad en la diversidad, nos capacita para el diálogo y la reciprocidad, hace que nuestras relaciones sean circulares y en igualdad.
  • El seguimiento de Jesucristo, desde la mística y la profecía, tiene como horizonte el martirio, elocuente testimonio que es capaz de tocar el corazón de los demás y suscitar la conversión. Hemos de recuperar la memoria profético-martirial de nuestros pueblos.
  • Una resignificación de los consejos evangélicos, a la luz del Verbo de Dios que se encarna y entrega su vida en la cruz, y de la escucha de la Palabra, llevará a la persona consagrada a la libertad, la gratuidad-gratitud y la compasión.
  • La Vida Consagrada está llamada a compartir espiritualidad, misión y vida con laicas y laicos, desde una eclesiología de comunión, constituyendo familias carismáticas.
  • Una Vida Consagrada pobre y para los pobres, implica hoy participar en «la revolución de la ternura» (EG 88), «usar la medicina de la misericordia» (MV 4) y cuidar «la casa común» (LS).
  • La Vida Consagrada ha de salir de su autorreferencialidad y de todo aquello que le impida el contacto directo con el prójimo.
  • La intercongregacionalidad y las comunidades intergeneracionales son retos que exigen discernimiento y creatividad y que nos dan la oportunidad de enriquecernos mutuamente, crecer y complementarnos.
  • Las culturas, la ecología y la humanización son espacios en los que la vida se ve amenazada, en los que la Vida Consagrada debe estar presente y actuar”.

La Asamblea

Estos “horizontes de novedad” resonaron en la XIX Asamblea General de la CLAR, que eligió a la presidencia para el período 2015-2018 (ver recuadro) y asumió para el nuevo trienio el icono de la Visitación de María a Isabel, destacando que “en el abrazo de estas dos mujeres se produce la gozosa proclamación de un Dios que no defrauda a la humanidad e invita a gritar a todas las naciones la llegada de Aquel capaz de dar sentido a nuestras búsquedas más íntimas y de derribar los tronos opresores para que acontezca la utopía trinitaria de la hermandad universal, para descubrir los rostros de las ‘Isabeles’ de hoy y cantar nuestros Magnificats”.

A la luz de estos horizontes y del icono inspirador elegido, la Vida Consagrada de América Latina y el Caribe aspira ser más humana y humanizadora, experta en diálogo y comunión, comprometida con el cuidado de la creación, creíble por su pobreza y por su inserción solidaria en medio de los empobrecidos, promotora de la intercongregacionalidad y la misión compartida con las iglesias locales y en igualdad con los laicos, sensible al aporte de las nuevas generaciones, y fundamentada en una espiritualidad trinitaria profunda y auténtica.

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Presidencia de la CLAR 2015-2018

 

Presidenta

Hna. Mercedes Leticia Casas Sánchez (México), re-elegida

Primer Vicepresidente

P. Alberto Cristóbal Luna Pastore (Paraguay)

Segunda Vicepresidenta

Hna. María Altagracia Ortiz Mena (República Dominicana), re-elegida

Tercer Vicepresidente

Hno. Leonardo Enrique Tejeiro Duque (Colombia)

Cuarta Vicepresidenta

Hna. Elsie Auzier Vinhote (Brasil)

Secretaria General

Hna. Luz Marina Valencia (Colombia)

Texto: Óscar Elizalde Prada

Fotos: CLAR

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