El Papa ya tiene un reclinatorio fabricado con restos de una patera para rezar por los migrantes

“Entristecido por la tragedia, pensé en cómo ofrecer un signo de solidaridad y cercanía”, ha dicho el autor de la idea

reclinatorio francisco

Hace un año, una embarcación que partía de Turquía con unos 200 migrantes se estrelló contra un banco de arena a cien metros de la playa del municipio calabrés de Cutro. Murieron más de 90 personas, entre ellas 35 menores. Hoy, parte de esa embarcación ha sido entregada al papa Francisco en forma de reclinatorio durante la Audiencia General.



La idea fue de Giuliano Crepaldi, presidente de la Asociación San Vincenzo de’ Paoli. “Entristecido por la tragedia, pensé en cómo ofrecer un signo de solidaridad y cercanía”, ha dicho Crepaldi, tal como recoge Rosario Capomasi en Vatican News. “El tema de los refugiados, después de todo, es una prioridad para mí porque trabajo en una organización que se ocupa de la acogida y la integración de quienes, huyendo de la guerra, la persecución y el hambre, se han visto obligados a abandonar su país de origen”.

Recordar a quienes pierden la vida

Alireza, refugiado iraní y huésped de San Vincenzo de’ Paoli, ha sido el artesano que ha creado la obra a partir de un dibujo del ingeniero Guglielmo Zamparelli, colaborador de la organización caritativa. “Dar forma al reclinatorio fue para mí un testimonio de amor, una forma de recordar a quienes pierden la vida en estas y otras terribles catástrofes”, ha dicho Alireza. Hoy, los tres se han unido para hacer entrega al Papa del reclinatorio con una promesa: la de donar a todas las diócesis italianas otros reclinatorios hechos con la madera de barcazas cargadas de migrantes.

También el cardenal Zuppi y el arzobispo de Ferrara-Comacchio Giancarlo Perego, presidente de la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana, presentes en la audiencia de la visita ad limina de los obispos de Emilia-Romaña, se han enterado con agrado del compromiso asumido por la Opera San Vincenzo. El de hoy es, por tanto, el primero de una larga serie de dones, la señal de que de una herida, de una llaga dramática, puede nacer una ocasión de oración, una luz de esperanza.Siempre que el hombre tenga el valor de ponerse de rodillas.

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