La Iglesia africana analizará su relación con la poligamia

  • El SECAM, encarnando uno de los frutos del Sínodo, establece una comisión teológica para su estudio
  • Se consensuará “una decisión final sobre el asunto” con Doctrina de la Fe antes de la segunda fase sinodal

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En octubre, tras el encuentro en Roma de 344 padres y madres sinodales, todos ellos votaron cada uno de los puntos del documento de síntesis con el que se cerró la primera fase del Sínodo de la Sinodalidad. El respaldo fue mayoritario, habiendo más un 80% de los presentes con derecho a voto que aprobaron por unanimidad todas las cuestiones. Eso sí, en espera de la segunda y definitiva asamblea, dentro de seis meses, hubo algunos temas en los que se visibilizó un menor apoyo. Entre ellos, esta propuesta concreta, sobre la poligamia en África, que recabó 43 votos en contra: “Se anima al SECAM (Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar) a promover un discernimiento teológico y pastoral sobre el tema de la poligamia y el acompañamiento de las personas en uniones polígamas que se acercan a la fe”.



Con todo, puesto que el espíritu sinodal anima al discernimiento comunitario y, en definitiva, la petición obtuvo una clara aprobación, el SECAM ha constituido estos días una comisión específica en la que reflexionar sobre la poligamia, una realidad social muy extendida en ciertas regiones del continente africano y ante la cual las comunidades cristianas tratan de convivir en la medida de sus posibilidades, pese al choque abismal que supone con el magisterio eclesial, que establece claramente que el matrimonio solo puede darse entre un hombre y una mujer, descartándose otra serie de uniones.

Más profundamente

Según recoge ‘AMECEA’, la cuestión ha estado muy presente entre los delegados africanos en el seminario preparatorio para la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, celebrado a finales de abril en Nairobi (Kenia). En dicho encuentro, el sacerdote mozambiqueño y secretario general del SECAM, Rafael Simbine Junior, adelantó a los reunidos que “esta comisión está compuesta por teólogos de diferentes campos”, siendo su fin “reflexionar más profundamente sobre la preocupación” por este fenómeno social y familiar.

De hecho, el grupo ya debe estar trabajando, y a buen ritmo, puesto que se pretende que este grupo de teólogos “presenten a los obispos los resultados de su trabajo durante la próxima Asamblea Plenaria del SECAM, prevista para julio, en Ruanda”. Y es que el tiempo urge si se desea acudir a Roma, en octubre, con una posición conjunta ante una cuestión tan compleja. En este sentido, como detalló Simbine, “si los obispos están de acuerdo con los resultados, los enviaremos a Doctrina de la Fe. Luego se iniciará una nueva conversación entre el dicasterio vaticano y nuestro equipo de África para llegar a un consenso y a una decisión final sobre el asunto”.

Un largo camino

En declaraciones a ‘Vatican News’, el propio Simbine reconoce que la cumbre de Nairobi “ha sentado las bases para una buena preparación” de la Iglesia africana “con vistas a octubre”, debiendo acudir sus representantes a Roma con una serie de criterios claros. Sobre el más polémico, el de la poligamia, hay que dejar a los teólogos que reflexionen con sosiego, pues “aún queda mucho camino por recorrer”.

Desde hace años, la cuestión de la poligamia es abordada de un modo muy medido en los documentos públicos de la SECAM. Y es que los obispos saben que, si un hombre casado con varias mujeres cambia de religión y, por ejemplo, al saberse rechazado, abandona el catolicismo para bautizarse en otra Iglesia, todo su núcleo familiar debe seguirlo a la fuerza, lo que deja aún más indefensas a sus cónyuges y a sus hijos.

Pronunciamientos muy medidos

De ahí que, aunque citen explícitamente este fenómeno como un “desafío pastoral”, suelen referirse a él en positivo, resaltando “la belleza del matrimonio”, que “no es una carga, sino una comunidad de amor, alegría y valoración de la pareja y de la familia”. “Frutos”, todos ellos, que encarnan “la familia única e irremplazable”. En cambio, como sostenían los pastores africanos en el citado documento de 2016, “compartimos los dolores de quienes viven situaciones difíciles y están profundamente heridos en el amor”.

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