El cardenal Blázquez afirma que “la pacificación no llegará” al País Vasco si se acoge a los etarras “como a héroes”

  • El obispo de Bilbao cuando asesinaron a Miguel Ángel Blanco rememora los hechos 25 años después
  • “Siempre me impresionó que las víctimas del terrorismo no se tomaron la justicia por su mano”

“Yo deseo que la pacificación llegue plenamente y no se puede provocar tampoco con acogidas como a héroes de los que salen de la cárcel, eso no puede ser, eso es un escarnio”. Así se ha pronunciado el cardenal arzobispo emérito de Valladolid, Ricardo Blázquez, en una entrevista a Radio Euskadi -recogida por Europa Press- con motivo del 25 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.



El hombre que ofició el funeral del concejal del PP de Ermua, entonces obispo de Bilbao, rememora en esta conversación los hechos y ha asegurado que siempre le impresionó que las víctimas del terrorismo “nunca se tomaron la justicia por su mano”, lo que constata “generosidad y respeto del orden constituido”.

En palabras del purpurado, el secuestro y posterior asesinato de Blanco fue una “especie de sacudida de la conciencia de todos, también de los más tibios; tengo la impresión de que efectivamente entonces se produjo ya un hasta aquí hemos llegado, no puede ser, esto tiene que cesar, fue seguramente un cambio colectivo de actitud inequívoca en el rechazo sin ambages, sin ambigüedades, de la violencia”.

“Si hubo connivencias, tiene que ser purificado”

En relación a su visión sobre la sociedad vasca 25 años después, Blázquez ha recordado un “acontecimiento muy importante” porque “sembró y expandió una especie como de alivio en la sociedad” que fue la declaración pública de ETA de renuncia al ejercicio de la violencia.

“En el contexto en que vivía la sociedad vasca de secuestros, de amenazas también de lo que se llamaba entonces el pago del impuesto revolucionario, de asesinatos de vez en cuando, la declaración por parte de ETA fue alivio, un comienzo de un camino porque se puede comprender lo que significaba tener que mirar los bajos del coche cuando se salía de casa y ya vivir con esta tranquilidad de que nadie iba a padecer este tipo de inesperadas sacudidas de la violencia”, ha agregado.

Según ha señalado, la violencia de ETA “nunca debió ocurrir” y “si hubo connivencias un poco ambiguas, esto tiene que ser purificado en el corazón”. “Para una reconciliación profunda en la sociedad hay que reconocer los fallos, los crímenes, las extorsiones y confío en que, poco a poco, se irá produciendo la pacificación”, ha agregado.

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