El cardenal y poeta portugués José Tolentino afirmó que la misión de la Iglesia necesita más poetas. El mes de mayo terminó con la organización en Roma de un importante congreso internacional titulado ‘La estética global de la imaginación católica, alrededor del papel de la belleza en la evangelización’. Auspiciado por las universidades de Loyola, Fordham y Georgetown, el congreso reunió a significativos escritores y poetas de los cinco continentes.
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Tolentino sostuvo en el congreso que las narraciones y poemas generan nuevas vías de encuentro para la humanidad, en este momento de indiferencias, guerras y polarizaciones. Hay reencuentros que solamente puede lograr el arte. El papa Francisco ha señalado lo mucho que el mundo necesita la poesía, porque el arte crea puentes allí donde están quemadas las palabras, nos une en un sentir compasivo y admirado, y crea imágenes que pueden mover las conciencias.
El mundo es movido por imágenes que, a veces, son usadas como piedras, pero también podemos construir puentes con ellas. La poesía nos muestra la honda interioridad de las cosas.
La profundidad espiritual de una época se puede medir por la calidad de lo sagrado en el arte. En nuestra Iglesia faltan poetas. Tolentino dijo en el congreso: “Cuando el cristianismo pierda toda la capacidad de producir nuevas palabras, nuevas imágenes, nueva poesía, nueva música, estará muerto”. Hoy hay pocos pero muy valiosos poetas que discretamente van profundizando en la Palabra y las palabras para que su encuentro irradie la humilde belleza de la gloria.
Diálogo entre arte y religiosidad
Entre la nueva generación de jóvenes cristianos y otros de todas las edades, hay más personas con una vocación artística. En cada diócesis debería haber un grupo que promoviera el diálogo entre arte y religiosidad. Cada joven que se sienta poeta debe encontrar ánimos, acompañamiento y vías para dar al mundo su luz.
