José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

¿Intelectuales o pastores?


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La relación entre la teoría y la práctica ha preocupado desde siempre a los interesados ya en la filosofía política ya en la pastoral. La valoración suele ser positiva para todo lo que se refiera a la práctica, pues ella es sinónimo de lo concreto y tangible, lo eficaz y redituable. La teoría, en cambio, se asocia a lo etéreo, está ajena a la realidad, y es un deleite para quien no quiere comprometerse en un cambio. Si con la práctica el tiempo es bien invertido, con la teoría pareciera perderse.



Sin embargo, no son pocos los que sugieren una adecuada relación entre ambas, en el terreno de las ciencias sociales, con su consecuente valoración similar. Ni una teoría a-práctica, ni ésta disociada de aquélla. En la pastoral creo que sucede lo mismo. Ni pastores con olor a oveja, pero enemigos de la lectura sistemática, ni expertos en bajar Apps y subir información a la nube cibernética, pero incapaces de comunicarse con sus fieles no academizados.

Por ello me llamó la atención el papa Francisco cuando, en reciente reunión con la comunidad de San Luis de los Franceses, alertó a los presbíteros de un peligro: convertirse en solterones cotillas (chismosos), aislarse, criticar y hablar mal de los demás, creerse superiores y más inteligentes.

Hasta aquí todo bien. La arenga papal devela, una vez más, las raíces del clericalismo tan dañino, y llama la atención sobre un vicio muy extendido en los seminarios y congregaciones religiosas, en las reuniones de presbiterios y de -perdón- obispos: el chisme, la crítica mordaz, el comentario agrio sobre los defectos ajenos ignorando los propios.

Pero, continuando con estas frases que desconciertan, Francisco fue más allá, y sentenció: si un presbítero sólo desea ser un intelectual y no un pastor, es mejor que pida la dispensa.

sacerdote Querétaro

La clave de la frase está en el “solo”. Es decir, si un cura prefiere vivir “solo” en la biblioteca y no en las plazas de su parroquia, quiere conversar “sólo” con su computadora y no con sus fieles, aspira a acumular “solo” maestrías y doctorados y no horas de misión, entonces bienvenida la admonición papal.

Una nueva dicotomía

Pero, creo que no es el caso -ojalá-, si el Papa quiere desautorizar a la teología como fuente de la pastoral, y a esta como termómetro de aquella, estaríamos ante una nueva dicotomía, ya muchas veces superada.

Creo que necesitamos, sí, pastores misericordiosos, líderes capaces de dar la vida por sus fieles, hombres atrevidos y dispuestos a involucrarse en los retos que plantean las calles y los caminos vecinales. Pero también estudiosos de las ciencias actuales, prestos -con disponibilidad y competencias profesionales– para dialogar con los científicos de hoy.

Así como lo cortés y amable no quita lo valiente, lo estudioso no supone lejanía de la gente.

Pro-vocaciónExcelente el que el Papa no haya aceptado la renuncia del cardenal Marx. Su posible dimisión, valiente y hasta heroica, no creo que fuera ejemplar. Más que empujar a obispos verdaderamente responsables en el ocultamiento de un abuso a hacer lo propio, podría favorecer el que se volcara, en una opinión pública hostil hasta de modo irracional, el dardo de la culpabilidad sobre un inocente. Enhorabuena.