José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
Redactor jefe de Vida Nueva

Imperio ‘hooligan’


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En una de sus últimas columnas en esta revista antes de fallecer, el cardenal Tarancón hablaba del futuro de Europa y vaticinaba malos tiempos para el proyecto común europeo si este no conseguía encontrar “su nueva identidad”. Advertía el purpurado de la necesidad de aprender del pasado, pero para no repetir sus errores con “una ruptura violenta”.

A su regreso de Armenia, el papa Francisco, tras la sorpresa del Brexit, ha pedido a los líderes europeos creatividad para “pensar otra forma de unión”.

Muy poco han durado los lamentos de Bergoglio vertidos durante la entrega del Premio Carlomagno sobre lo que le estaba pasando al continente… No debe sorprender demasiado que no se lo hayan tomado en serio los políticos, que creen que ya han cumplido concediéndole ese galardón, pero debería ser causa de preocupación al menos entre los pastores lo que le está sucediendo a Europa. Hemos apelado a su futuro cuando reclamamos que se reconociesen sus raíces cristianas en la Constitución europea.

Ignoro si la negativa nos ha ofendido hasta el punto de que ya no nos interese, pero tarea pastoral es también, siguiendo al Papa, levantar la mirada del ombligo, de una política eclesial de vuelo corto, para tratar de iluminar esta hora oscura para Europa. Una hora en la que el populismo multicolor y de corte xenófobo cala a nivel intergeneracional, donde el rechazo al otro levanta muros y desconfianzas, alentando un sentimiento hooligan semejante al visto entre algunas hinchadas en esta Eurocopa.

Existe la tentación eclesial de considerar que esos hooligans son ‘nuestros’ hooligans por llevar tatuada la cruz de san Jorge o a Juana de Arco, aunque sea en una jadeante tripa cervecera. Solo 30.000 votos han contenido la marea neonazi en Austria, una de las naciones más cultas del mundo. En este ambiente está renaciendo este temible imperio. ¿A alguien le preocupa?

En el nº 2.995 de Vida Nueva


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