Rafael Salomón
Comunicador católico

Elevando una oración


Compartir

En este lugar, sin ruidos, sin ninguna distracción, solo un corazón dispuesto y sincero, si me lo permites, quiero orar contigo y por ti. Te conozca o no, en este momento estoy pidiendo por ti, por tu vida, por tu salud, por ese problema de salud por el que estás atravesando. Simplemente por unirme en tu intención, sin esperar nada, solo la voluntad de Dios.



Quiero recordarte que nuestra debilidad se transforma cuando pedimos con humildad. Al momento de elevar esta oración, me gustaría que sintieras mi sincera intención por hacerla y sientas mi compañía en este instante cuando leas estas líneas, quiero unirme contigo para que juntos pidamos por lo que estás atravesando. No estás sola, no estás solo, en este momento somos dos pidiendo por aquello que agobia a tu corazón.

Es momento de hacernos fuertes en nuestras debilidades, tal vez estás roto o rota, permite que esta oración repare y restaure todo lo que se ha estrellado en tu interior. Estamos juntos ahora, sin conocernos o conociéndonos, pero acompañándonos en este trayecto del camino. Enciende la fe que seguramente se ha apagado por el dolor, vuelve a tomar aliento, aunque lo hayas perdido.

orando

Confía en el amor y generosidad de Dios, somos sus hijos y siempre ha querido nuestra felicidad y tranquilidad. Confiemos en la cercanía que nos ofrece la oración, como hermanos y como hijos de un mismo Padre, que nos ama de una forma excepcional. Estoy orando por ti, contigo y en unidad. Esto por lo que estás atravesando, también pasará, porque así lo expresó Jesús: Todo pasará. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Mateo 24, 35

Orando por ti

En este momento en donde a veces la paciencia se llega a perder, oremos. Deja que el poder sutil de las palabras impregnen tu vida y se queden en tu corazón. En manos de Dios dejaremos nuestra angustia, tristeza, dolor y desesperación, oremos. Para que regrese a nosotros la paz y la calma, que por nuestra plegaria regresemos al verdadero equilibrio que solo el amor de Dios nos da.

Oremos con sinceridad y con humildad para aceptar la voluntad de quien lo ha creado todo y de quien hemos recibido todo. Te pido por las personas que entrarán a un quirófano, para que disminuyas la incertidumbre de los familiares y les des a los doctores los conocimientos y dones en el Espíritu y así regrese la sanidad a los enfermos.

Oramos por quienes están accidentados, dales una nueva oportunidad, si está en tus planes. Oremos por las personas que han perdido su trabajo y están desesperadas, te imploramos Señor, que no les falte el pan de cada día, ni una mano que les ayude a levantarse de esta situación. Te pido por quienes hemos perdido a nuestros seres queridos, por ese dolor indescriptible que sentimos, ayúdanos en este momento de desesperanza.

Oremos por quienes lo han perdido todo, su dolor es tan profundo que no pueden ver la esperanza que hay en la fe, te pedimos tanto por nuestros hermanos en desgracia. Finalmente, quiero agradecerte mi hermano y hermana, por permitirme orar contigo y unirnos en esta hermosa fortaleza espiritual la cual se llama oración. En silencio y en soledad, con todo mi ser, estoy orando por ti.