Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

El tamaño importa


Compartir

Se nos dice que las empresas que mejores precios consiguen son las más eficientes porque logran vender el producto más barato. Se supone que esto es mejor para la sociedad porque por un lado hace asequible el producto para más personas que pueden acceder a él porque es más económico. Por otro porque si logra un precio más bajo es porque utiliza menos recursos para producir el bien lo que es positivo en la medida que logramos producir lo mismo con menos recursos.



Sin embargo, esta idea de que un precio menor siempre corresponde a una manera más eficiente de producir no siempre es correcta. Existen métodos igualmente efectivos para lograr abaratar los bienes que no pasan por una mayor productividad. Uno de ellos es el tamaño. Cuando una empresa se hace más y más grande, puede lograr bajar el precio de sus bienes, simplemente gracias al tamaño que tiene. Si el objetivo es obtener 100€ de beneficios (por ejemplo) en lugar de conseguirlos vendiendo diez unidades de un bien con una ganancia por unidad de 10, se obtienen vendiendo veinte unidades con un beneficio por unidad de 5.

Contra los más pequeños

Es decir, el coste de producción no tiene por qué ser menor, puede tener el mismo o superior que una empresa más pequeña, pero como vende más cantidad, acaba logrando la misma cuantía de beneficios. El precio final no resulta de una mayor eficiencia, sino de un menor margen de beneficios combinado con una venta superior. Por ello muchas empresas realizan grandes esfuerzos para adquirir una gran dimensión, porque es lo que les va a permitir rebajar los precios y eliminar a la competencia más pequeña que no va a poder vender a esos precios tan reducidos.

El resultado principal de esta estrategia de tamaño es la reducción de la competencia, cada vez tenemos menos empresas y estas son más grandes. La lucha por la competitividad se ha convertido en una obsesión por el volumen de ventas. Se intenta crecer para tener la posibilidad de rebajar márgenes sin renunciar a beneficios lo que conlleva, además, eliminar competencia.

Este proceso se da como inevitable, se piensa que es un flujo natural que hace que sobrevivan las empresas mejor preparadas para sobrevivir en un entorno competitivo, cuando la realidad es que se trata de corporaciones que hacen esfuerzos para intentar eliminar la competencia de una manera sistemática. Quienes tienen más tamaño cuentan con ventajas para realizar estos movimientos.

Por ello muchos sectores reducen su competencia sin parar y podemos encontrar fácilmente ejemplos. Tres de los más representativos por su repercusión mediática en estos momentos son: el sistema bancario, la distribución por Internet y las macrogranjas, pero podríamos encontrar muchos más ejemplos en otros sectores. Por ello en economía en la actualidad: “el tamaño importa”.