Jesús Manuel Ramos
Coordinador de la Dimensión Familia de la Conferencia Episcopal Mexicana

El caso de Tom


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En mi vida, siempre ha habido espacio para disfrutar del deporte, a veces practicándolo, a veces solo viéndolo. Quizá no sepas nada de futbol americano, pero hoy te voy a explicar por qué me cae bien Tom Brady.



Todos los deportes de alto rendimiento son fantásticos. Uno de los deportes de mayor exigencia física, sin lugar a duda, es el futbol americano. Dentro de un equipo existen diferentes funciones, por lo que en algunas posiciones se ocupa ser muy fuerte, mientras que en otras se ocupa ser muy veloz, y en cada una, se requiere desarrollar al máximo ciertas habilidades.

El foco de atención, con frecuencia, recae en quien distribuye el balón y se constituye en el líder del equipo, pues mientras los demás tratan de ejecutar sus tareas conforme a un plan previamente definido, el líder debe tomar decisiones sobre la marcha, observando el desarrollo de la jugada y la reacción de los contrincantes. A ese puesto clave se le llama Mariscal de Campo (quarterback) y requiere no solo de fortaleza física, sino también mental, y por supuesto, grandes habilidades de liderazgo.

Pues bien, Thomas Edward Patrick Brady, o simplemente Tom Brady, ha coleccionado numerosos triunfos y llevó a su primer equipo profesional, los Patriotas de Nueva Inglaterra, a jugar nueve veces el Super Bowl, el máximo juego en la liga, y a ganar seis de ellos. Como imaginarás, es poseedor de varios récords que tardarán en ser superados.

Un récord personal bien recordado

Brady inició su carrera profesional en el año 2000 y, cuando todos pensaban que su carrera iría en franco declive, decidió cambiar de equipo en la presente temporada, logrando llevar a los Bucaneros de Tampa Bay al Super Bowl 2021. Gane o pierda, él sigue siendo un triunfador, y su historia deportiva me ha hecho reflexionar en ciertos puntos que te voy a compartir.

  • Está bien cambiar de equipo. Si en el grupo en el que te desarrollas, no encuentras apoyo o no logras desplegar todas tus habilidades. Quizá sea tiempo de buscar otros espacios en que puedas ofrecer lo que tienes, y sentirte valorado por ello.
  • Llegará el momento en que nos debamos retirar, pero mientras se tengan las facultades y habilidades para realizar la tarea, no se tira la toalla, se sigue participando desde la trinchera más apropiada.
  • Las nuevas generaciones tomarán su espacio y nos desplazarán, pero nuestra tarea debe ser realizada dignamente hasta el final, sin complejos, con seguridad, humildad y generosidad.

Cada momento de nuestra vida va imprimiendo su huella, convirtiéndose en experiencia. Toda experiencia es valiosa cuando es puesta al servicio de los demás. Sin embargo, a veces la experiencia no es valorada o bien recibida ante el fuerte empuje de las nuevas generaciones o el desgaste natural de nuestras comunidades. Quizá en ese caso, los tres puntos que te he compartido te puedan servir. Mientras tanto, sigamos haciendo de nuestra historia un récord personal que sea bien recordado por nuestros seres queridos.