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¿Cómo afronta Comunión y Liberación su entrada en la cuarentena?


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El centenario

Este año se cumple el centenario del nacimiento del siervo de Dios Luigi Giussani y, además, el 40° aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación, algo que se produjo el 11 de febrero de 1982. El movimiento afronta estas celebraciones en un año de interinidad hasta la elección de un nuevo presidente en cumplimiento de la última normativa sobre las entidades eclesiales del Pontificio Consejo para los laicos, la familia y la vida. Con este motivo, en España hay celebraciones en Madrid, Pamplona, Tenerife, Getafe o Barcelona. En Roma, las celebraciones comenzaron este domingo, 20 de febrero, con una misa en la basílica de San Juan de Letrán presidida por el cardenal Angelo De Donatis, vicario general del Papa para la diócesis de Roma.



Luigi Giussani nació el 15 de octubre de 1922, en Desio, no muy lejos de Milán (Italia). Su tarea como sacerdote entre los jóvenes le impulsó a dar via a la ‘Gioventù Studentesca’ para tratar de proponer diferentes iniciativas espirituales y culturales para redescubrir un mayor sentido espiritual en la vida cotidiana. A finales de los 60 ese movimiento se convertiría en Comunión y Liberación. En aquel entonces la sociedad italiana estaba cambiando, y el proceso de secularización que ya avanzaba en otras regiones comenzaba a ser más palpable. Sus experiencias como profesor de Religión en un instituto público de Milán fue un buen observatorio…

Los papas

Con motivo de estas celebraciones, desde Comunión y Liberación han difundido algunas de las reflexiones que los diferentes pontífices. De Francisco recogen un encuentro en 2015 en el que confesaba “el bien que este hombre me hizo a mí y a mi vida sacerdotal a través de la lectura de sus libros y de sus artículos”. También alabó la categoría de “encuentro” que proponía el sacerdote milanés: “encuentro no con una idea, sino con una Persona, con Jesucristo” y es que “todo en nuestra vida, hoy como en tiempos de Jesús, comienza con un encuentro. Un encuentro con este hombre, el carpintero de Nazaret, un hombre como todos y, al mismo tiempo, diverso”. “Mantened vivo el fuego de la memoria del primer encuentro y sed libres. Así, centrados en Cristo y en el Evangelio, podéis ser brazos, manos, pies, mente y corazón de una Iglesia ‘en salida’”, recomendó a los miembros de la fraternidad.

Benedicto XVI hablaba de Luigi Giussani como de un “verdadero amigo”. En una audiencia en 2007 señalaba que “el Espíritu Santo suscitó en la Iglesia, a través de él, un Movimiento, el vuestro, que testimoniara la belleza de ser cristianos en una época en la que iba difundiéndose la idea de que vivir el cristianismo es algo fatigoso y opresivo”.

Juan Pablo II escribía en 2002 en una carta que “Comunión y Liberación, más que ofrecer cosas nuevas, apunta a hacer redescubrir la Tradición y la historia de la Iglesia, para volver a expresarla en formas capaces de hablar y de interpelar a los hombres de nuestro tiempo”. Pablo VI, en un saludo a estudiantes en 1977, alabó “el plan que vais difundiendo, vuestro estilo de vida, vuestra adhesión, nueva y juvenil, renovada y renovadora, a los ideales cristianos y sociales que os proporciona el ambiente católico en Italia. Os bendecimos y, con vosotros, bendecimos y saludamos a vuestro fundador, don Giussani. Estad contentos, sed fieles, sed fuertes y alegraos de llevar a vuestro entorno el testimonio de que la fe cristiana es fuerte, es gozosa, es hermosa y capaz de transformar realmente en el amor y con el amor la sociedad en la que se inserta”.