“Nos duele la Iglesia”

(Nicolás Castellanos Franco– Obispo emérito de Palencia)

“Entre todos debemos alumbrar nuevos paradigmas, que recuperen la fuerza, la sabiduría del pueblo (Vox Populi, Vox Dei, el sensus fidelium, el sacerdocio común de los fieles, por estrenar), nuevos símbolos y lenguajes.”

Hoy nos movemos entre la convulsión, la inclemencia social, eclesial, la desinstitucionalización, la disidencia ante el magisterio. Por otra parte, estamos los decididos a emprender un camino nuevo. Como los Reyes de Oriente, después de encontrarnos con Jesús.

Vivimos esa atmósfera de perplejidad, desconcierto, rechazo, indiferencia, desaliento, miedo, que se respira en la Iglesia. Así lo refleja Víctor Codina, teólogo, profeta, creyente profundo, nada sospechoso: “La vida del cristiano de hoy en la Iglesia no es nada fácil. A muchos cristianos ‘nos duele la Iglesia’. Hoy la pertenencia a la Iglesia pasa por la cruz”.

Pero, por otra parte, los que vivimos la euforia del Vaticano II y el postconcilio, no nos resignamos, no renunciamos a aquellos tiempos, que veíamos cerca la utopía de Jesús de recrear la humanidad, de interpretar la historia en clave humanitaria, liberadora, de construir nuevas entidades, desde la gratuidad y fruición de Dios, en presencia del Espíritu, desde puntos de encuentro y no de desencuentro, de consenso y no de disenso, de convergencia y no de confrontación, de diálogo y no de intolerancia.

Ese es el reto. Entre todos debemos alumbrar nuevos paradigmas, que recuperen la fuerza, la sabiduría del pueblo (Vox Populi, Vox Dei, el sensus fidelium, el sacerdocio común de los fieles, por estrenar), nuevos símbolos y lenguajes, nuevos signos de los tiempos, el espíritu de las bienaventuranzas, encarnar la mística humanizadora y liberadora de los “dichos y hechos” de Jesús, conjugar Utopía y Resistencia, Economía y Solidaridad.

Es posible otro mundo, habitable para todos, donde florezca la justicia social y brote la globalización de la solidaridad, libertad, igualdad y fraternidad. Y también es factible otra manera nueva de ser Iglesia, Misterio y Pueblo de Dios en Comunión fraterna en Misión. Una Iglesia habitable, acogedora, samaritana, casa-hogar, santuario, misionera y profética.

En el nº 2.746 de Vida Nueva.

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