Monica

(Chema Caballero– Misionero javeriano en Sierra Leona)

“Hace tres años, Monica se bautizó, también enfrentándose a su padre, y hace dos terminó la escuela secundaria consiguiendo muy buenos resultados en la prueba de acceso a la universidad (…) Pero Monica agoniza en el hospital con sida, posiblemente fruto de los abusos sexuales a los que fue sometida durante la guerra. Aquí no hay medicina que la ayude, morirá en pocas semanas”

Monica se esta muriendo en el hospital gubernativo de Kambia. Un hospital sin médicos, sucio y en el que hay que pagar a las enfermeras por cada servicio prestado, y cuando vienen a trabajar se pasan el día haciéndose el pelo o tumbadas en las camillas durmiendo la siesta.

Monica fue violada y utilizada como esclava sexual por varios de los combatientes rebeldes que se asentaron en la selva de Tonko Limba durante la guerra. Fruto de aquellas relaciones nació una niña que tendrá alrededor de 9 años. Terminada la guerra, Monica decidió que quería seguir adelante con sus estudios. Su padre, Iman jefe de la mezquita de Madina, se negaba a que su hija estudiara y quería darla en matrimonio. Ella se resistió y consiguió pagarse la escuela secundaria y cuidar de su hija vendiendo naranjas y otras frutas que recogía en la selva.

Así la conocí en el año 2004. Cuando llegué a Madina. La ayudé a salir de aquí e irse a la capital, Freetown, a continuar la escuela, para que estuviera libre de las presiones de la familia.

Hace tres años, Monica se bautizó, también enfrentándose a su padre, y hace dos terminó la escuela secundaria consiguiendo muy buenos resultados en la prueba de acceso a la universidad. Por dos años ha trabajado como maestra en nuestra escuela primaria, y el próximo octubre tiene que empezar la Facultad de Enfermería.

Pero Monica agoniza en el hospital con sida, posiblemente fruto de los abusos sexuales a los que fue sometida durante la guerra. Aquí no hay medicina que la ayude, morirá en pocas semanas. Su padre, que estos días ayuna porque celebra el Ramadán, dice que Dios la ha castigado finalmente por desobedecerle, y yo no tengo argumentos para explicarle que no es así.

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