El cardenal Robert Sarah da la batalla por la familia

Cardenal Robert Sarah en Ávila

Invitado por la Universidad Católica de Ávila, el guineano carga contra la ideología de género

Cardenal Robert Sarah en Ávila

Sarah durante su intervención en Ávila

J. L. C. | La familia frente a la ideología de género. Este es el “combate frontal” que plantea el cardenal Robert Sarah y que dio título a la conferencia pronunciada por el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el pasado 24 de mayo, en la Universidad Católica de Ávila (UCAV).

En presencia de más de 400 personas, el purpurado guineano lamentó “los ataques que sufren diariamente las familias en el mundo entero”, antes de denunciar que “la ideología de género es apoyada, promovida y practicada por la Organización Mundial de la Salud, dependiente de la ONU, y por numerosas instituciones educativas y sanitarias con sede en América del Norte, Europa Occidental y Australia-Nueva Zelanda”. Mientras tanto, “todo país que rechaza adherirse a esta ideología es penalizado a nivel de ayudas al desarrollo”, añadió, en lo que calificó de una “verdadera colonización” que afecta de modo especial al África subsahariana, Asia o América Latina.

Tras remontarse a los orígenes de la ideología de género y recordar la historia de lo que calificó una “pseudoliberación del hombre” (de la persona al individuo y del individuo al zombi), Sarah ejemplificó –desde el punto de vista del lenguaje– cómo “la ‘deconstrucción’ del género supone una destrucción” (de esposo, marido o mujer a parejas; de matrimonio a amor libre; de procreación a reproducción…) y desgranó algunos de los principales capítulos en la difusión de esa ideología de género por parte de los estados y de las organizaciones internacionales a través de sus legislaciones, sus políticas y sus diversas instituciones.

Citando a san Juan Pablo II, el cardenal africano defendió que “el futuro de la humanidad pasa por la familia”, una familia “fundada sobre el matrimonio de amor, monógamo, libre, fiel e indisoluble”, como “célula base” de la sociedad. Por todo ello, llamó a participar en el “bello combate por la familia” que se libra en nuestros días, “un combate frontal y violento entre ‘el espíritu del mundo’ y ‘el Espíritu Santo’”.

En el nº 2.990 de Vida Nueva


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