Ricardo Cámpoli, sdb: “Para Don Bosco estar ante Dios, ante su Palabra, es estar ante los jóvenes”

El coordinador del Sector de Comunicación Social de la Sede Central Salesiana de Roma destacó el valor de la comunidad orante y apostólica para reflexionar sobre el llamado y el binomio Dios y los jóvenes

El domingo 28 de enero de 2024, el cardenal Ángel Fernández Artime, rector mayor de los salesianos de Don Bosco, bendijo e inauguró la nueva Capilla de la Palabra, en la sede central salesiana en Roma.



El papa Francisco, en su homilía durante la Misa del 22 de enero, día de la celebración del Domingo de la Palabra de Dios, expresó: “Pon tu vida bajo la Palabra de Dios. Todos, incluso los pastores de la Iglesia, estamos bajo la autoridad de la Palabra de Dios. No bajo nuestros propios gustos, tendencias y preferencias”.

En la necesidad de seguir profundizando acerca de nuestra relación con la Palabra de Dios, Vida Nueva entrevistó a Ricardo Cámpoli, sacerdote salesiano, periodista, que reside actualmente en Roma, trabajando y acompañando a los delegados de Comunicación Social de las inspectorías salesianas de América, que son unas treinta, desde Canadá hasta Tierra del Fuego.

PREGUNTA.- ¿Cómo se tomó la decisión de fundar la Capilla de la Palabra?

RESPUESTA.- En realidad, debo aclarar que la capilla corresponde a la comunidad salesiana. Sucede que como dejamos nuestra sede anterior, ahora nos ubicamos más en el centro de Roma, en la obra Sacro Cuore cuya iglesia había sido levantada por Don Bosco, y ahora es también basílica menor y la parroquia más cercana a estación Termini. Precisamente al frente.

Como toda comunidad religiosa, contamos con una capilla y es esta misma que fue reacondicionada, como casi todos los sectores de la casa, para prepararla a un mejor funcionamiento de las tareas propias de una sede central. Uno de los aspectos destacables, es que la Palabra de Dios tiene un espacio muy considerado, ya que se ubica entre las bancas de la asamblea, mirando al altar.

P.- ¿Se reafirma así la unidad plena de la Palabra con la Eucaristía?

R.- Así es, ya que el altar de la Palabra mira al altar de la Eucaristía. Desde la Palabra salen una serie de letras y caracteres de muchísimos alfabetos, que representan la unidad de las lenguas del mundo centrados y originados en el único idioma de Dios pronunciado en la plenitud de los tiempos, su Hijo, Jesucristo, la Palabra.

Por eso es muy significativo que esas letras y caracteres parten en fila, con un orden más bien espontáneo, caen al suelo, continúan como marcando un camino hacia el altar de la Eucaristía y trepan el gran mural detrás de la sede, escalando hasta llegar al libro que sostiene Jesucristo, quien a modo de Buen Pastor mira a la asamblea en una estupenda pintura de la artista.

P.- El Rector Mayor, Cardenal Ángel Fernández Artime, destacó la importancia de reunirse para construir la paz en un momento histórico en el que la guerra avanza. ¿Cómo trabaja la comunidad salesiana para acompañar la construcción de la paz?

R.- Los salesianos de Don Bosco somos llamados a un carisma particular en bien de los jóvenes más pobres. Dios quiso a Don Bosco en medio de ellos y Don Bosco, con su creatividad y pasión nos invita a acompañarlo. Esto nos pone en un claro discernimiento, donde la presencia salesiana deberá estar donde los jóvenes sufren la pobreza, el horror de la guerra, la marginalidad ante una historia que no se detiene y una sociedad que no los suma.

Por lo tanto, buscamos estar presentes, aún en espacios de conflicto bélico, con la educación en general, las casas para menores (que ya no son tantas en realidad), espacios de recuperación (por ejemplo frente a la droga-dependencia, programas de asistencia a jóvenes víctimas de abuso, oratorios como espacios de contención en campos de confinamiento de países en guerra o porque son inmigrantes que no se les permite avanzar, asistencia a inmigrantes que lo han perdido todo cruzando el desierto o el mar, jóvenes y niños soldados que escapan o son rescatados de ese horror, rescate y contención de jóvenes y niños víctimas de la trata de personas, etc.), y sobre todo, con las obras de educación profesional como una propuesta concreta para asegurar a estos jóvenes un futuro de trabajo y dignidad. Pero las iniciativas no acaban, como tampoco las ganas de hacer el bien a aquellos que son el futuro de la humanidad.

Pasión por los jóvenes

P.- ¿Cómo se preparan las casas salesianas en el mundo, para reafirmar la fidelidad al fundador y avanzar en la renovación del carisma salesiano requerida en el camino hacia el Capítulo General 29?

R.- En estos meses hasta julio, las más de 90 inspectorías o provincias religiosas salesianas presentes en el mundo estarán realizando sus capítulos provinciales. Estudiarán algunos puntos propuestos por el Rector Mayor y su consejo, y elevarán sus reflexiones a un equipo pre-capitular que ya está recolectando todo ese material que servirá como guía para el propio Capítulo General.

Entre otras cosas, buscamos reflexionar sobre la llamada del Señor a vivir la pasión por los jóvenes y nuestro actual desempeño y trabajo en medio de ellos, como así también una revisión de nuestro actual modo de gestión y el estudio de posibles caminos hacia el futuro. Cada Capítulo Inspectorial, deberá elegir un delegado que acompañará al superior provincial. Según la cantidad de hermanos por inspectoría será la cantidad de delegados (algunas por tener muchos salesianos enviarán dos o incluso tres delegados). El Capítulo General, como todos los capítulos tiene un momento importante que es la elección del superior de la congregación, el Rector Mayor como llamamos nosotros. En este caso será el décimo primer sucesor de Don Bosco.

P.- ¿Un mensaje en torno a esa capilla de la Palabra?

R.- Es lindo encontrar cada día que empieza, aquel lugar donde puedes permanecer en silencio y escuchar en tu corazón las palabras del Señor. Es siempre, el momento de la meditación en comunidad, el espacio donde te encuentras con el Amado, el momento donde todo tu ser, dispuesto a la tarea de lo cotidiano, ansía su mirada y su palabra. Eso representa para mí este bellísimo espacio reacondicionado para nuestra comunidad orante.

Pero también esta capilla comunitaria nos hace conscientes de que, cuando estamos reunidos, no sólo somos una comunidad orante, sino que también somos comunidad apostólica, porque para Don Bosco estar ante Dios, ante su Palabra, es estar ante los jóvenes. Y estar entre ellos en el patio, en los grupos, en el acompañamiento espiritual, en las clases, en todos los espacios pastorales, es estar ante Dios. Este binomio (Dios y los jóvenes), para nosotros salesianos, no se romperá jamás.

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