Los obispos alemanes se preparan para una gran “crisis de confianza” en la Iglesia

El presidente del Episcopado germano confía que el próximo Sínodo respalde el camino de las reformas abiertas en el país

“Colonia no sólo está a la cabeza de las apostasías, ahora en todo el país la gente también apostata por Colonia”. Así de radical se ha mostrado el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el obispo Georg Bätzing, al valorar las actuaciones de los últimos años del cardenal de Colonia, Rainer Maria Woelki, quien, apunta, ha “perdido la aceptación de la gente”. Una crisis de confianza que teme que se está extendiendo por toda la Iglesia católica en Alemania.



Reformas pendientes

Frente a la forma de actuar de Woelki o de su predecesor como obispo de Limburgo Franz-Peter Tebartz-van Elst que ocultó los gastos de su residencia oficial, en una entrevista concedida al semanario “Die Zeit” recogida por katholisch.de, el presidente destacó la actitud diferente del cardenal Reinhard Marx al presentar su renuncia como arzobispo de Múnich. “Marx ofreció su dimisión para decir: he sido obispo durante 25 años, todos hemos protegido el sistema, estoy dando ejemplo. Pero el Papa se ha negado”, explicó aunque también defendió de algunas falsas acusaciones al titular de Colonia. Aunque señala que Woelki “probablemente no había cometido ningún error grave” no ha sabido estar a la altura en algunos procedimientos como, añade, en el proceso contra el papa Benedicto XVI quien podría haber pedido “perdón por lo que se hizo a las víctimas al trasladar a un abusador” en su época como arzobispo de Múnich.

Unas críticas que se extienden al caso del arzobispo Georg Gänswein. Su ausencia de tarea específica, apunta, “no es una situación fácil, especialmente para él” aunque reconoce que todavía no ha hablado con Gänswein desde su regreso. Se apunta que el eterno secretario de Ratzinger asumiría algunas funciones diocesanas y que este quiere celebrar oficios regulares en la catedral de Friburgo a partir de otoño,

Por otra parte, Bätzing se muestra esperanzado ante el próximo sínodo ya que, afirmó, “nuestra gente de Iglesia ya no tiene paciencia”. Para él, “los textos de resolución del Camino Sinodal alemán son recomendaciones de acción que deben coordinarse con la Iglesia universal” ya que, añadió, “no se trata de textos, sino de cambiar la acción. Esto requiere argumentos y acuerdos”. “Es a lo que estamos acostumbrados en nuestra cultura democrática. En la Curia no lo entienden”, lamentó. Ahora bien, defendió al papa Francisco de las acusaciones de querer frenar la reforma ya que, según él, Roma se había limitado a “reforzar el entendimiento de que esto debe prepararse”. Recalcó de hecho que apoya a Francisco “al cien por cien”. “Le informo de que nuestros católicos están preocupados por si su Iglesia sobrevivirá. De eso hay que hablar con el Papa sin miedo”, sentencia.

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