Reunidos ante la Puerta de Brandeburgo (Berlín), distintos líderes cristianos y de otras religiones, así como autoridades civiles se han dado cita para rezar por la paz. Lo han hecho en el Encuentro Internacional de Oración por la Paz promovido por la Comunidad de Sant’Egidio, que este año se ha celebrado con el tema ‘La Audacia de la Paz’, y que se ha celebrado en la capital alemana del 10 al 12 de septiembre.
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“El lugar de vuestro encuentro resulta especialmente evocador por el hecho de que, justo donde os conocisteis, ocurrió un hecho histórico: la caída del muro que separaba las dos Alemanias”. Así lo ha señalado en su mensaje a los participantes el papa Francisco, al tiempo que subraya que “ese muro también dividió dos mundos, Europa occidental y oriental. Su caída, que se produjo gracias a la combinación de diversos factores, la valentía de muchos y las oraciones de muchos, abrió nuevas perspectivas: libertad para los pueblos, reunificación de las familias, pero también esperanza en una nueva paz mundial, después de la Guerra Fría”.
Difícil, pero no imposible
“Lamentablemente”, continua Francisco en su mensaje, leído a los presentes, “a lo largo de los años, no se ha construido sobre esta esperanza común, sino sobre intereses particulares y desconfianza hacia los demás”. “Por eso”, y a pesar de que “en lugar de derribar muros, se han construido otros”, el Papa anima a que “no nos resignemos”. “Se necesita algo más. Lo que se necesita es la ‘audacia de la paz’, que está en el centro de vuestro encuentro”, ya que esta “interpela de manera particular a los creyentes, en quienes se convierte en oración, a invocar desde el cielo lo que parece imposible en la tierra”.
Asimismo, el Papa señala que “es necesario avanzar para cruzar el muro de lo imposible, erigido sobre razonamientos que parecen irrefutables, sobre el recuerdo de muchos dolores pasados y de las grandes heridas sufridas”. “Es difícil”, reconoce, “pero no imposible”.
