Gerard Villalonga echa mano de una cita del papa Francisco para comenzar el pastoreo de la diócesis de Menorca. “Es hermoso reconocer que Él está en el origen de nuestro ministerio, de la vida y de la vitalidad de todo pastor”, como dijo el Pontífice en su homilía de la Misa Crismal el pasado 6 de abril.
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El sacerdote menorquín, en sus primeras palabras a sus diocesanos tras su ordenación episcopal y toma de posesión, ha mostrado agradecimiento a todos -obispos, vida consagrada, sacerdotes, laicos, autoridades, líderes religiosos de otras confesiones…-, pero el gracias más especial ha sido para su madre, una “mujer sencilla y verdaderamente cristiana”. “Me diría ahora: ‘Gerardo, acuérdate de los pobres y no te olvides de los enfermos’“, ha dicho, para luego completar: “Que desde el Cielo me ayude a cumplirlo”.
Para Villalonga, “hoy ha sido un día grande, una magnífica catequesis sobre la Iglesia”. Y ha continuado: “A veces es más fácil marcar los límites negativos para alcanzar mayor comprensión: la Iglesia no es una federación de diócesis de un estado descentralizado, ni las diócesis son provincias de un estado unificado; no se rige por el principio de mayorías como nuestros parlamentos”.
De ‘Lumen gentium’ a la sinodalidad
En este sentido, ha añadido: “Aquí contemplamos la realidad descrita los textos de la constitución dogmática ‘Lumen Gentium’ del Concilio Vaticano II y en los documentos posteriores que la desarrollan, que tienen su concreción última en la doctrina sobre la Sinodalidad del papa Francisco”.
Por otro lado, en su saludo a las autoridades, ha afirmado que su presencia la lee como “una consideración hacia los ciudadanos católicos, que con su esfuerzo y participación contribuyen a la edificación de la ciudad temporal. Seguimos el principio de independencia y mutua colaboración de cara al bien común. Creo que en Menorca lo hemos entendido bien”.
Antes, el nuncio en España, Bernardito Auza, le ha recordado a Villalonga que “siempre hemos de pedir al Señor la gracia del discernimiento efectivo de nuestra propia persona y nuestras motivaciones y aptitudes, para dar una respuesta responsable en el ejercicio del ministerio”.
Al término de su homilía, el diplomático filipino ha subrayado, dirigiéndose al ya nuevo obispo, que, desde hoy, su misión es “manifestar el mensaje, la vida y el verdadero rostro de Jesucristo a los hombres, mujeres, jóvenes y niños en tu diócesis, en España y en el mundo”.
