Según adelanta Cath (Centre catholique des medias), el cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, publica un libro homenaje a Benedicto XVI. Titulado ‘Nos ha dado tanto’, resulta especialmente significativo, pues hay que recordar que, apenas tres años atrás, ‘Desde el fondo de nuestros corazones’, otro libro en el que reivindicaba a Ratzinger como “coautor” y en el que deslizaba evidentes críticas contra Francisco por lo que entendía que era un “ataque al celibato”, supuso uno de los puntos más convulsos para el papa emérito en su década de retiro. Hasta el punto de que la crisis se cerró con la petición de Benedicto XVI de que no se considerase como autor del mismo y con la salida de su secretario, Georg Gänswein, como acompañante de Bergoglio.
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Ahora, tras la reciente muerte de Benedicto XVI, Sarah publica con Fayard (la misma editorial del polémico libro) una obra en la que reivindica a su “maestro espiritual”, incluyendo diez textos que él mismo ha seleccionado del pontífice alemán.
Dedicado al “buen padre” Francisco
Aunque llega al extremo de dedicar el libro a Francisco, al que define como un “buen padre”, el cardenal guineano parece ofrecer un doble juego. Y es que, aunque sin citar a Bergoglio, su alabanza de Benedicto XVI puede esconder en ciertos puntos un ataque poco disimulado al papa reinante. Así, cuando lamenta que Ratzinger “no multiplicó sus nombramientos cardenalicios para influir en un futuro cónclave que sabía próximo” o que tampoco “descartó a sus adversarios”, la resonancia crítica se presenta cada vez con más fuerza.
Del mismo modo que cuando Sarah advierte que estamos “en un momento en el que la Iglesia parece obsesionada consigo misma, con sus estructuras, con su futuro, con su preocupación por adaptarse al mundo occidental”.
“En nombre del consenso”
Hasta el extremo de que, ahora, según él, “bajo el pretexto de una Iglesia inclusiva y sinodal”, siempre “en nombre del consenso”, se llega a “silenciar la verdad”. Lo que lleva, en el último extremo, a sentir que se está dando de lado a los que argumentan que el motu proprio ‘Traditionis custodes’ no tiene en cuenta la honda espiritualidad de la llamada misa tradicional: “Todo rechazo y exclusión del hermano tachado de tradicionalista es obra del diablo”.
Aunque no pone en la diana de un modo directo a Francisco, Sarah sí señala sin pelos en la lengua a los “lobos” que en la Curia “merodean” en torno al Papa y le pueden llevar a equivocarse en determinadas cuestiones.
