Las víctimas de abusos dan la cara

  • La diócesis de Bilbao abre su museo de Arte Sacro a ‘Shame: European Stories’, una exposición fotográfica sobre víctimas de abusos en todo el espectro social
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Es un hito histórico, por lo menos en España. Demuestra la valentía de la diócesis de Bilbao al dar este paso al frente, creo que es el camino a seguir, es el camino del motu proprio del Papa. Otras diócesis deberían seguir este ejemplo. Ya era hora de que las víctimas y la Iglesia se unieran”, afirma Ana Cuevas, directora de campaña de Justice Initiative para España y promotora para traer a nuestro país la exposición fotográfica ‘Shame: European Storie’s.



La muestra tiene lugar en el Museo de Arte Sacro de Bilbao, cedido por la diócesis vizcaína, y exhibe un centenar de retratos de víctimas europeas de abusos en todos los ámbitos de la sociedad: en la familia, en el deporte, en el colegio, en la guerra… y en las sacristías. “Las víctimas no son el azote de la Iglesia, como muchos en la Conferencia Episcopal han querido hacer ver, sino todo lo contrario. Creo que con esta postura la Iglesia se refuerza y las víctimas también. Creo que es positivo para todos y es el camino a seguir”, añade Cuevas, madre de Juan Cuatrecasas, la víctima del caso Gaztelueta, reabierto por el papa Francisco y que afecta a este colegio del Opus Dei en Leioa.

De hecho, es en la exposición donde Cuatrecasas muestra por primera vez su rostro, enmarcado –como ese centenar de víctimas que protagonizan Shame– por el fotógrafo italiano Simone Padovani. “No es fácil poner tu cara para esto, pero creo que es un avance bastante significativo de cara a la sociedad. A nivel personal es complicado”, dijo el joven a EITB. “Tuve dudas, no es fácil. Siempre intento mirarlo como un problema global, que no solo estoy yo, y eso me ayuda a sacrificarme por el bien común”.

Dar visibilidad

Su madre reconoce a Vida Nueva el sacrificio de su hijo y de todas las víctimas que han aceptado participar en el proyecto. “Ha sido un proceso difícil, por eso hay que poner en valor la valentía de estas víctimas –manifiesta–. No voy a negar que ha habido llantos, pero todas y cada una de ellas lo han hecho de manera voluntaria y más allá de su propia condición, más allá también de lo que a ellos les iba a suponer, aun a sabiendas de que dar la cara les iba a llevar a una recaída en muchos casos o, al menos, durante un tiempo. Sin embargo, saben que lo hacen para un bien común”.

Ana Cuevas y la exposición pretenden, primero, dar visibilidad a las víctimas y supervivientes de maltrato y abuso, sobre todo en la infancia. “Es un tema del que no se habla y necesitamos hacerlo. Tenemos que hablar porque las víctimas no pueden seguir siendo revictimizadas, porque el silencio revictimiza y mucho a estas víctimas”, expone. “Este es un paso al frente con valentía, necesario para que se regule y se legisle, y las víctimas tengan ese colchón donde aterrizar que les puedan ayudar a encarrilar de nuevo sus vidas. De eso se trata”, sostiene.

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