Las comunidades judías, aliadas con el papa Francisco en la lucha por la paz

El pontífice recibió a una delegación de B’nai B’rith International, una asociación hebrea que lucha por los derechos humanos

El papa Francisco ha recibido en audiencia este lunes, 30 de mayo, a una delegación de B’nai B’rith International, una entidad judía que se dedica a luchar por los derechos humanos en todo el mundo. Esta institución, destacó el Papa, tiene “una larga historia de contactos con la Santa Sede, desde la publicación de la Declaración Conciliar Nostra Aetate”.



El pontífice acudió al encuentro, según desveló, tras unas sesiones de fisioterapia con la que no contaban los organizadores de la agenda pública del Papa, por lo que pidió perdón a los asistentes por su retraso. Francisco ha alabado la labor social de la entidad ya que, destacó, “las personas necesitadas tienen derecho a la ayuda y la solidaridad de la comunidad que las rodea, tienen derecho sobre todo a la esperanza”.

Memoria frente a indiferencia

Para el Papa, “ayudar a los últimos, a los pobres, a los enfermos: es la forma más concreta de promover una mayor fraternidad. En efecto, pensando en tantos conflictos y extremismos peligrosos, que ponen en peligro la seguridad de todos, hay que observar que a menudo el mayor factor de riesgo es la pobreza material, educativa y espiritual, que se convierte en terreno fértil para alimentar el odio, la ira, la frustración y el radicalismo”, reclamó el pontífice.

Francisco recurrió a los salmos para recordar el mandato de “proteger al extranjero, sostiene al huérfano y a la viuda” o la historia de Caín y Abel para recordar que “la violencia siempre tiene como compañeros la mentira y la indiferencia”.“No podemos sustituir el sueño divino de un mundo de hermanos por un mundo de hijos únicos, violentos e indiferentes”, añadió a la vez que lamentó que la paz está amenazada en muchas partes del mundo. “Para evitar la escalada del mal, es importante recordar el pasado, recordar las guerras, recordar la Shoah y tantas otras atrocidades”, destacó.

“Es bueno que nos ayudemos, porque en cada uno de nosotros, en cada tradición cristiana, así como en cada sociedad humana, siempre existe el riesgo de albergar rencores y alimentar contenciones contra otros, y de hacerlo en nombre de principios absolutos e incluso sagrados”, sentenció Francisco. “sigan protegiendo a vuestras hermanas y hermanos, especialmente a los más frágiles y a los olvidados. Podemos hacerlo juntos: podemos trabajar por los más pequeños, por la paz, por la justicia, por la protección de la creación”, concluyó.

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