La estrella de la Virgen María ya brilla sobre Barcelona en lo alto de la Sagrada Familia

  • El cardenal Juan José Omella bendice ante una multitud, coincidiendo con el día de la Inmaculada Concepción, la nueva torre de la basílica
  • El papa Francisco envía un mensaje en el que destaca que en el “camino sinodal los ilumina desde hoy esta estrella que el gran arquitecto Antoni Gaudí soñó que coronaría la torre”

Ante un intenso viento, en una multitudinaria celebración ante la fachada del Nacimiento de la basílica de la Sagrada Familia, el cardenal el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha bendecido la nueva torre de la Virgen María. El prelado, previamente, ha presidido la eucaristía en el templo y finalmente la estrella que corona la torre se ha encendido a las 19:51 h. Un acto que no ha querido perderse el papa Francisco, que ha enviado su saludo a través de un vídeo.



Antes de las celebraciones de la tarde, el templo acogió un acto de cultura popular con diferentes danzas y actuaciones populares típicas de la cultura de la ciudad propias de las grandes festividades como son las sardanas, ‘castells’ o los ‘gegants’ y ‘capgrossos’. En la eucaristía han concelebrado el arzobispo emérito, el cardenal Lluís Martínez-Sistach; el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas; el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés; el abad de Montserrat, Manel Gasch, y los obispos auxiliares de Barcelona, Sergi Gordo y Javier Vilanova. Entre las autoridades civiles que han estado presentes destaca la presencia de la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs, así como algunos consejeros y concejales.

Iluminar el camino sinodal

Francisco, en sus palabras, ha saludado de forma especial a “los más pobres de esa gran ciudad [Barcelona], a los enfermos, a los afectados por la pandemia del Covid-19, a los ancianos, a los jóvenes que por diferentes situaciones ven comprometido su futuro, a las personas que están viviendo momentos de prueba”. “Queridos amigos, para todos ustedes brilla hoy la estrella de la torre de María”, ha reiterado el Papa.

El pontífice ha invitado a diócesis a caminar juntos, “sinodalmente, tanto los fieles laicos –niños, adolescentes, jóvenes y adultos– como los miembros de la vida consagrada, los seminaristas, los diáconos y sacerdotes”. “En este camino sinodal los ilumina desde hoy esta estrella que el gran arquitecto Antoni Gaudí soñó que coronaría la torre de la Virgen María”, añadió.

“Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño”, ha subrayado el Papa al recordad que María “es la Estrella de la nueva evangelización”. “Gaudí quiso que este misterio coronara el portal de la fe –el primero que construyó– para que, al desgranar la oración a la Santísima Trinidad, que rescribe por toda la basílica, aprendiésemos a ser, como María, templo de este misterio, y a dar culto a Dios en espíritu y en verdad”, destacó. “Gaudí también la coloca en el centro del portal de la caridad, ofreciéndonos al Niño Dios bajo la atenta mirada de san José, para que entremos en su Iglesia inflamados de amor a Dios y a los hombres”.

Francisco rogó “para que cada uno de ustedes haga que Barcelona sea más habitable y acogedora para todos”. Para ello, imploró “que la Virgen María les obtenga sabiduría, prontitud en el servicio y amplitud de miras”. “No se olviden del árbol, no se olviden de los ancianos. Un árbol sin raíces no crece, no florece. No descartemos a los ancianos, no son material de descarte, son memoria viva. De ellos viene la savia que hace crecer todo”, advirtió. “Ayudemos al diálogo entre jóvenes y ancianos, para que sea traspasada esa sabiduría que los hará crecer y florecer”, concluyó.

El arquitecto de Dios

En la eucaristía previa a la bendición de la torre, el cardenal Omella destacó la protección de Barcelona por parte de la Sagrada Familia a través de tantos templos marianos o dedicados a san José. “Gaudí, conocido como el arquitecto de Dios, puso los cimientos de un templo que seria, años más tarde, uno de los más bellos e impresionantes de todo el planeta. Un templo que puerta más de cinco generaciones en construcción”, resaltó al repasar la historia de la construcción de la basílica. “Decir Gaudí es decir la Sagrada Familia. Y decir la Sagrada Familia es decir Barcelona. Esta basílica se ha convertido en un importante patrimonio artístico, cultural y social. Sin pretenderlo, el templo de la Sagrada Familia es el emblema de Barcelona”, recalcó.

En línea con las dificultades vívides por la Sagrada Familia de Nazaret, Omella recordo que “a lo largo de los dos últimos años, hemos vivido un tiempo de oscuridad. La pandemia de la Covid-19 ha dejado hasta ahora mucho dolor. Esta situación nos ha demostrado que somos débiles y vulnerables y, por ello, hemos tomado conciencia de nuestra pequeñez. Lo que también nos ha enseñado esta pandemia es que nos necesitamos los unos a los otros”. Por ello, ha reivindicado que “santa María quiere ser nuestra luz en medio de la oscuridad. Una luz que nos lleve de la mano al encuentro con la Santísima Trinidad siguiendo el testimonio de su Hijo Jesucristo”.

“A partir de hoy, 8 de diciembre, la estrella que corona la torre de María brillará y será un punto de luz en la noche barcelonesa”, exclamó. Y aunque la torre de Jesús será 30 metros más alta cuando se complete y se vea desde más lejos, a su lado, destacó el cardenal, “María, como lo ha hecho siempre, seguirá iluminando el camino de tantos seres humanos hasta el encuentro con su Hijo”. Así, empleando las palabras de san Bernardo incitó a todos: “Mira la Estrella, invoca a María”. “Nosotros también podemos ser, como María, una luz en la oscuridad para muchos hermanos nuestros que no conocen el verdadero rostro de Jesucristo”, apeló.

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