Si por la mañana el papa Francisco realizó el acto de homenaje a la Inmaculada junto a la Plaza España de Roma de manera privada, por la tarde “poco antes de las 16:30, el papa Francisco se dirigió a la sede de la Comunidad Cenáculo, donde fue recibido por unos 25 hermanos y hermanas de la fraternidad del Buen Samaritano, presentes en Roma, y otros de algunas fraternidades dispersas por Italia, a los que se unieron familias nacidas en la comunidad y personas asistidas regularmente”. Así lo anuncia un comunicado del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
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Sin miedo
Según dicho comunicado, en la casa “después de ver una película sobre la vida de san José, realizada por los jóvenes huéspedes de las dos fraternidades de Medjugorje, y de escuchar algunas de las historias de acogida y de renacimiento vividas por los miembros de la Comunidad”, el pontífice se dirigió a los jóvenes residentes. “No tengáis miedo de la realidad, de la verdad, de nuestras miserias. No tengáis miedo porque a Jesús le gusta la realidad tal y como es, no maquillada; al Señor no le gusta la gente que se maquilla el alma, que se inventa el corazón”, les insistió el Papa. Francisco les pidió que ayudaran “a muchos jóvenes que están en situaciones como la de ustedes. Tened el valor de decir: Piensa que hay un camino mejor”.
Francisco, posteriormente, saludó al personal y bendijo la capilla elaborada por los miembros de la comunidad con elementos reciclados, como símbolo de la renovación de la vida de cada persona dentro de esta comunidad. Precisamente ese es el objetivo de esta obra de acogida de jóvenes fundada en 1983 por sor Elvira Petrozzi. Con una oración a san José concluyó su vista, llegando al Vaticano sobre las 18:20 h.
