El cuidado de la “salud emocional” de los jóvenes, clave para superar educativamente la pandemia

La Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador ha impulsado la publicación de ‘COVIDA-20 Una coalición educativa para enfrentar la pandemia’ con la participación de expertos de España y América Latina

Poco a poco van quedando en evidencia las consecuencias sociales de la pandemia provocada por el coronavirus. Más allá de la debacle económica hay campos que deben reconstruir desde los cimientos algunos de los logros conseguidos antes de la llegada el virus. Uno de ellos es el mundo educativo que, más allá de los redescubrimiento tecnológicos, ha dejado fuertemente tocado el mundo relacional de niños y jóvenes. Ante esta situación, la Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador ha impulsado con la editorial Pearson la publicación de ‘COVIDA-20 Una coalición educativa para enfrentar la pandemia’.



El libro, editado por Fernando Pesántez-Avilés Luis Álvarez-Rodas y Ángel Torres-Toukoumidis cuenta con un buen grupo de expertos internacionales que analizan las causas y efectos de la pandemia, la desinformación y las tecnologías, las incertidumbres creadas, los problemas de interacción social, los riesgos de los jóvenes, la vivencia familiar o la desigualdad.

Para el salesiano José Luis Guzón, profesor en el CES Don Bosco de Madrid y uno de los autores del capítulo introductorio, “la pandemia del SARS Covid 19 pasará a la historia por ser una de las grandes enfermedades y uno de los mayores acontecimientos de la humanidad de la época reciente”; aunque, segura a ‘Vida Nueva’, “es verdad que se está viviendo y sufriendo, pero al mismo tiempo muchas mentes de hombres y mujeres de nuestros ambientes, de nuestros intelectuales, están dejando sus impresiones y reflexiones sobre las mismas”.

Cuidado de la salud emocional

Yendo al plano educativo, asegura que “si bien la mayoría de los niños recuperan finalmente su comportamiento ordinario cuando reciben apoyo constante de cuidadores sensibles y receptivos, algunos corren el riesgo de desarrollar importantes problemas de salud mental (estrés, ansiedad y depresión) relacionados con los traumas vividos”. Para ello, apuesta por un cuidado de la “salud emocional” de los más pequeños.

“Las pruebas indican que cuando los niños/as no van a la escuela (por ejemplo, los fines de semana y en las vacaciones), son menos activos físicamente, tienen un tiempo de exposición a las pantallas (teléfono, portátil, televisión, etc.) mucho más largo, patrones de sueño irregulares y dietas menos favorables. Es probable que esos efectos negativos en la salud se incrementen ante confinamientos muy estrictos”, reclama. Para el profesor, “los niños tienen poco eco para defender sus necesidades. Es responsabilidad e interés de todas las partes interesadas, desde los gobiernos hasta los padres y madres, garantizar que el impacto físico y mental de la pandemia de Covid-19 en los niños y niñas y adolescentes sean mínimos.

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