Francisco reivindica la piedad popular y el belén al presentar ‘Admirabile signum’ en Greccio

Francisco puso la piedad popular en primer plano durante su visita a Greccio donde acudió para presentar la carta apostólica ‘Admirabile signum’ en la que aborda el significado y el valor del belén. Lo expresó durante la celebración de la Palabra que tuvo lugar en el santuario franciscano del Pesebre en Greccio, a donde llegó poco antes de las cuatro de la tarde.



“El gran misterio de nuestra fe se manifiesta en este signo simple y admirable de la escena de la natividad, que la piedad popular acogió y transmitió de generación en generación”, reivindicó el Papa, que parafraseó algunas de las frases contenidas en su carta apostólica para recordar que Dios “Dios nos ama hasta el punto de compartir nuestra humanidad y nuestra vida. Él nunca nos deja solos; nos acompaña con su presencia oculta pero no invisible. En cada circunstancia, en alegría como en dolor, Él es el Emmanuel, Dios con nosotros”.

Silencio y oración

Francisco invitó a los presentes a “redescubrir la simplicidad” y “capturar lo esencial”, un desafío al que siempre invita san Francisco de Asís. “Frente a la cuna descubrimos lo importante que es para nuestra vida, a menudo frenética, encontrar momentos de silencio y oración”, detalló sobre “la pobreza del establo” en la que nació el Hijo de Dios y que permite “contemplar la belleza del rostro del niño Jesús”

“Con la Virgen María y con San José, su esposo, miramos al Niño Jesús. Su sonrisa, florecida en la noche, dispersa la indiferencia y abre los corazones a la alegría de aquellos que se sienten amados por el Padre que está en los cielos”, expresó el Papa, que después de terminar su alocución entregó la carta apostólica a una familia que la leyó íntegra.

Encuentro íntimo

El Papa viajó hasta la localidad italiana por segunda vez en su pontificado -la primera fue el 4 de enero de 2016 en visita privada-. En primer lugar, se dirigió a la gruta donde se encuentra el primer fresco de la historia del arte que representa a la Natividad. Allí rezó durante unos minutos, firmó la carta apostólica, situó una imagen del Niño Jesús en el altar y tuvo un encuentro con la comunidad religiosa de franciscanos y franciscanas que custodian el lugar.

A los consagrados, les recordó que “el mensaje más grande del ‘poverello’ de Asís es el testimonio”. En un tono coloquial, dialogó con ellos para comentarles que su tarea evangelizadora con consiste en “hacer proselitismo ni de convencer sino de testimoniar”.

“El testimonio del amor de Jesús es la pobreza, la humildad”, subrayó, a la vez que les hizo caer en la cuenta de la mirada franciscana en relación a la ecología integral: “Dios nos hizo de la tierra, nos hizo tierra, somos tierra, como dice el libro del Génesis. Dios se enamoró de esta tierra”.

En el santuario de Greccio, el Papa estuvo acompañado de Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. En la plaza del templo le recibieron el obispo de Rieti, Domenico Pompili, y el responsable del santuario, el padre Francesco Rossi.

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