El Papa anima a las contemplativas a “no tener prisa” con la formación

  • Francisco agradece a las monjas de clausura su “gran vocación y misión”, la “presencia evangélica en el silencio de los claustros” y la “santidad que se sigue respirando hoy en los monasterios”
  • Braz de Aviz lee un mensaje del Pontífice durante un congreso en Roma para presentar el documento ‘El arte de la búsqueda del rostro de Dios: líneas orientativas para la formación de las contemplativas’

“Deseo que pongáis en acto un proceso formativo artesanal, lo que exige amplio espacio de tiempo. No tengáis prisa”. Es el consejo que el papa Francisco ha brindado este jueves a las alrededor de 300 religiosas de vida contemplativa que participan en un congreso celebrado en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma con motivo de la Jornada Pro Orantibus. En el encuentro ha sido presentado el documento ‘El arte de la búsqueda del rostro de Dios: líneas orientativas para la formación de las contemplativas’, recién publicado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA).

El cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, prefecto del citado dicasterio de la Santa Sede, leyó al principio de su intervención un mensaje del Pontífice con fecha del 17 de noviembre dedicado especialmente a las religiosas de vida contemplativa, a las que califica de “corazón orante en la Iglesia y para la Iglesia”. También les hace cuatro agradecimientos: por su “gran vocación y misión”, por la “presencia evangélica en el silencio de los claustros”, por la “generosa oferta de vuestra vida” y, finalmente, por “tanta santidad que se sigue respirando hoy en los monasterios”.

En su carta, el Pontífice explica que en el nuevo documento de la CIVCSVA, las contemplativas pueden encontrar “las lineas de base para el desarrollo integral de la persona, a través de una formación humana, espiritual y académica” que les ayude a alcanzar “la plena madurez en Cristo”. También les servirá para “superar a nivel personal y comunitario la fragmentación de la vida y a encarnar y testimoniar, con fidelidad creativa, el propio carisma en el monasterio, en la Iglesia y en el mundo”.

Al hablar sobre la importancia de la formación de las religiosas contemplativas, Francisco insiste en la necesidad de “no tener prisa” para así responder de manera correcta a la “alta vocación y a la misión” expuesta por él mismo en la Constitución Apostólica ‘Vultum Dei quaerere’, publicada en 2016. “Ser sostenedoras de los miembros débiles de la Iglesia, como faros, que indican con su vida el puerto seguro, Cristo, a los hombres y mujeres que se encuentran en alta mar; llamas que señalan con su testimonio el camino a los que atraviesan una oscura noche existencial; y centinelas que anuncian la llegada del nuevo día cuando todavía es de noche”.

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