El cardenal Burke dice que él tampoco es “enemigo” del Papa, pero le acusa de estar liderando un “cisma”

  • “El Papa no es un revolucionario elegido para cambiar las enseñanzas de la Iglesia”, mantiene
  • Alaba el delito del joven que tiró la Pachamama al Tíber: “Mi gratitud por su valiente testimonio de fe”
  • Pide recuperar ritos de degradación para los clérigos abusadores, como rasparles la mano con un cuchillo

Los cardenales Raymond L. Burke y Gerhard Muller, en una imagen de archivo/CNS

“Dicen que soy enemigo del Papa, pero no es verdad”. Otro cardenal que se desmarca de la oposición a Francisco. Esta vez es el turno del estadounidense Raymond L. Burke. El periodista Ross Douthat publica una extensa conversación con el purpurado en The New York Times. En la entrevista, Burke acusa al Papa de estar liderando un cisma. “El Sucesor de Pedro ejerce un oficio esencial de enseñanza y disciplina, y el papa Francisco, en muchos aspectos, se ha negado a ejercer ese cargo”, dice. Al tiempo, reconoce que “él no va a ser parte de ningún cisma”, pese a que algunos fieles se lo han “pedido”.

Burke asegura que debido a su avanzada edad se ha topado con personas que se opusieron con dureza a sus postulados y años más tarde le han alabado. El cardenal tiene claro que Francisco no lo considera un enemigo. “Nunca me ha dicho eso. No lo veo con frecuencia, pero en los encuentros que he tenido nunca me ha reprendido ni acusado de tener pensamientos o actitudes hostiles hacia él”, explica. Eso sí, cree que “el Papa no me quiere en ninguna posición de liderazgo”.

Tampoco evita alabar el delito del joven que robó la Pachamama de Santa María in Transpontina y la tiró al Tíber, Alexander Tschugguel. “Le tengo mucha estima por su valiente e incansable trabajo en la defensa de la inviolabilidad de la vida humana inocente y la integridad de la familia”, pero “no tuve nada que ver con la eliminación de los ídolos paganos”, reconoce. Al mismo tiempo, afirma que, “conociendo su profunda fe católica, puedo entender por qué le resulta intolerable que se muestren ídolos paganos en una iglesia católica. Después de escuchar la declaración de Alexander sobre sus acciones, solo puedo expresar mi respeto por él y mi gratitud por su valiente testimonio de fe”.

Problemas con el sexo

Según avanza la conversación, su tema estrella de nuevo: la dubia. “En el Sínodo sobre la Familia trataron de repensar las enseñanzas de la Iglesia sobre la sexualidad, hablando de encontrar los elementos buenos en las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o fuera del matrimonio”, denuncia el purpurado. Y recuerda: “El Papa no es un revolucionario elegido para cambiar las enseñanzas de la Iglesia”. 

Tras arremeter contra el Concilio Vaticano II, que trajo “una pérdida de respeto por la ley de la Iglesia”, le explica a Jorge Mario Bergoglio qué es clericalismo: “El clericalismo no tiene nada que ver con estar interesado en la liturgia o querer usar una sotana. No, el clericalismo es el abuso del oficio de clérigo con fines pecaminosos”.

En relación a los abusos a menores en el seno de la Iglesia, sobre lo que intenta culpar también a la libertad del Concilio, pese a que la mayoría de los abusos se han producido por sacerdotes formados en época preconciliar, llama a recuperar ritos de degradación para los clérigos. Y pone un ejemplo: “Si fuera un arzobispo u obispo, lo vestirían con las vestimentas completas y luego se las quitarían una por una. Luego rasparían las manos que habían sido ungidas en la ordenación con un cuchillo para indicar que esta persona había traicionado su ministerio”. Al ser preguntado por el periodista si aplicaría este rito al ex cardenal Theodore McCarrick, no duda: “Diría que es el camino correcto”.

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