“Queremos que el Mes Misionero Extraordinario sea un aldabonazo a toda la Iglesia universal, y no un evento más”

  • Carmelo Pérez, misionero en Zimbabue del Instituto Español de Misiones Extranjeras, repasa algunos de las claves de la convocatoria del papa Francisco para octubre
  • Una cita que coincide con el Sínodo en el que “lo que se trate va a ir mas allá de los límites geográficos de la Amazonia”

Octubre está a la vuelta de la esquina y el papa Francisco ha llamado a todos a la celebración de un Mes Misionero Extraordinario y ha convocado una asamblea del Sínodo de los Obispos para analizar los retos pastorales de la Amazonía. Carmelo Pérez, misionero en Zimbabue del Instituto Español de Misiones Extranjeras, el IEME, invita a todos a vivir intensamente estos acontecimientos siguiendo las propuestas del papa Francisco en ‘Evangelii Gaudium’.

La Iglesia siempre es misionera

PREGUNTA.- EL IEME está a punto de cumplir 100 años. ¿Porque la llamada es siempre tan actual?

RESPUESTA.-Así es, vamos a celebrar los cien años de vida del IEME el año próximo, aunque el pistoletazo de salida lo hemos hecho este año. Vemos el Mes Misionero Extraordinario con esperanza, con ilusión, de que sea un aldabonazo a toda la Iglesia universal, y no un evento más. La ‘Evangelii Nuntiandi’ de san pablo VI, nos dice “que la Iglesia es misionera por su propia naturaleza y evangelizar constituye , en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” por eso queremos mantener viva la solicitud por el anuncio a los que no conocen a Cristo, porque esta es la tarea primordial de la Iglesia. El IEME se une a la Iglesia cuando piensa que la actividad misionera sigue representando el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera. Si la iglesia no fuera misionera sería, otra cosa, pero no la Iglesia de Cristo.

P.- ¿Cómo afronta un misionero la convocatoria de un mes misionero extraordinario por parte del Papa?

R.-Con ilusión y esperanza. En palabras del papa Francisco, este mes quiere ser una llamada a todo cristiano para vivir en estado permanente de misión, sin miedo de realizar una opción misionera capaz de transformarlo todo, saliendo de los confines de las naciones y testimoniando el amor de Dios por toda la humanidad, superando la autorreferencialidad y los pesimismos pastorales, en una palabra abriéndonos a la gozosa novedad del Evangelio.

Todos misioneros

P.- ¿Cómo pueden sumarse a esta iniciativa? ¿Qué es lo mejor que les podemos brindar a los misioneros?

R.-Teniendo en cuenta estas cuatro dimensiones que nos marca el papa Francisco en Evangelii Gaudium:

  • Procurar el encuentro personal con Cristo vivo en su Iglesia, a través de la Eucaristía, en su palabra, en la oración personal y comunitaria. El verdadero misionero, nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él.
  • Tomar ejemplo del testimonio de tantos santos, mártires de la misión y confesores de la fe, expresión de la Iglesia repartidas por el mundo entero, una inspiración para nuestras vidas, sin duda. En esta época se prefiere escuchar a los testigos…que le hablen de un Dios a quien ellos conocen y tratan familiarmente como si lo estuvieran viendo
  • Procurar en nuestras vidas, la formación bíblica, catequética, espiritual y teológica sobre la misión ad Gentes. Toda palabra en la Escritura es don ante que exigencia
  • Anunciar cada día la caridad misionera, Anunciar a Jesús tiene siempre como inmediata repercusión la caridad: solo se puede ser misionero alguien que se sienta bien buscando el bien de los demás. Esto incluye el apoyo material para la evangelización.

Una evangelización encarnada

P.- Además estamos a las puertas del sínodo del Amazonia. ¿Son realidades complementarias este mes especial y la celebración de la Asamblea?

R.-Sin duda, son realidades complementarios ambos eventos: a lo dicho anteriormente sobre el Mes Misionero Extraordinario, la asamblea sinodal amazónica va a la búsqueda de nuevos caminos, tratando de integrar intuiciones también de los dos documentos previos del papa Francisco: la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’ y la encíclica ‘Laudato Si’. En el horizonte del mismo se es consciente de que lo que se trate en el sínodo va a ir mas allá de los límites geográficos de la Amazonia. Está en mente la posibilidad o no de nuevos ministerios, sin olvidar los retos de una ecología integral en una región que sufre y se ve amenazada por la desforestación y la destrucción extractivista, por la explotación ambiental y por la sistemática violación de los derechos humanos. Necesitamos una evangelización encarnada, con rostro indígena y amazónico, teniendo en cuenta el contexto humano, social, cultural, y espiritual de estos pueblos. Los resultados del mismo, o los procesos que se abran no va a concernir únicamente a la Amazonia, sino a toda la Iglesia universal. Vemos este sínodo con mucha esperanza y puede convertirse en referencia profética para toda la Iglesia.

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