Francisco reclama que en 2019 se ponga fin a toda forma de esclavitud

  • El Pontífice presidió la oración de vísperas del 31 de diciembre y el rezo del ‘Te Deum’ de acción de gracias en la Basílica Vaticana
  • Bergoglio ha recordado que solo en la ciudad de Roma hay más de 10.000 sin techo necesitados de libertad y dignidad

“Debemos detenernos a reflexionar con dolor y arrepentimiento porque, también en este año que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas” ha denunciado el papa Francisco durante su intervención en las primeras Vísperas de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Una oración habitual en el calendario vaticano que reúne, a las 17:00 h. en la basílica de San Pedro a diferentes fieles para entonar una acción de gracias, a través del clásico himno del ‘Te Deum’ y la bendición eucarística, por el año civil que está a punto de concluir. Una celebración en la que participa una amplia representación del clero y los religiosos de Roma.

El Pontífice ha comentado, en su homilía, la lectura de vísperas señalando que al terminar el año “sentimos aún más la necesidad de algo que llene de significado el transcurrir del tiempo”. Un sentido que la Navidad ofrece con Jesús, “casi invisible e insignificante, pero en poco más de treinta años desatará una fuerza sin precedentes, que todavía permanece y perdurará a lo largo de toda la historia. Esta fuerza se llama Amor”, un amor pleno y que concentra en la persona de Cristo “todo el amor de Dios”.

Al ‘rescate’ de los últimos

La Navidad, para el pontífice nos presenta al Hijo de Dios con la misión de “rescatar, es decir, sacar de una condición de esclavitud y devolver a la libertad, a la dignidad y a la libertad propia de los hijos”. Una esclavitud a la que Bergoglio ha identificado por sus causas ya que surge “del corazón humano”, del que “salen todas las intenciones perversas, las maldades que corrompen la vida y las relaciones”.

Algo que toma forma concreta en las diferentes formas de esclavitud. “Debemos detenernos, detenernos a reflexionar con dolor y arrepentimiento porque, también en este año que llega a su fin, muchos hombres y mujeres han vivido y viven en condiciones de esclavitud, indignas de personas humanas”, ha señalado apuntando que en “nuestra ciudad de Roma hay hermanos y hermanas que, por distintos motivos, se encuentran en esta situación. En particular, pienso en tantas personas sin hogar. Son más de diez mil”, que pasan el invierto en condiciones extremas. “Todos son hijos e hijas de Dios, pero diferentes formas de esclavitud, a veces muy complejas, los han llevado a vivir al borde de la dignidad humana”, precisó.

Para estas personas, ha precisado el Papa, Jesús ha querido nacer para “manifestar el amor de Dios por los pequeños y los pobres, y lanzar así la semilla del Reino de Dios en el mundo. Reino de justicia, de amor y de paz, donde nadie es esclavo, sino todos hermanos, hijos del único Padre”. Por ello, se ha comprometido en que “la Iglesia que está en Roma no quiere ser indiferente a las esclavitudes de nuestro tiempo, ni simplemente observarlas y socorrerlas, sino que quiere estar dentro de esa realidad, cercana a esas personas y a esas situaciones”. “Cercanía materna”, ha definido.

Al concluir la celebración, el papa Francisco ha podido visitar el belén de arena y el árbol de Navidad colocados en la Plaza de San Pedro y saludar a algunos de los visitantes que se encontraban en ese momento en el interior de la columnata. También entró en el nuevo ambulatorio Madre de la Misericordia destinado a atender a los necesitados y peregrinos.

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