Así anima una familia de acogida de Taizé a que otros vivan esta “enriquecedora” experiencia

  • Pilar y Tomás comparten su testimonio tras abrir las puertas de su casa a unos hermanos croatas en el encuentro de Valencia
  • Los organizadores del encuentro de Madrid invitan a familias y parroquias a hospedar a jóvenes

El hermano Alois de Taizé, en el encuentro de jóvenes de Basilea 2017

Pilar Pascual y Tomás Gilabert son un matrimonio de Valencia. Tienen una hija, pero hace tres años la familia aumentó considerablemente por unos días: acogieron a dos hermanos croatas con motivo del encuentro de Taizé en Valencia. Convivieron con ellos en épocas tan especiales como el Año Nuevo, “una fiesta familiar”, dice Pilar, pero que propició que se sintieran “como en casa”.

Este año, la Comunidad de Taizé prepara el XLI Encuentro Europeo de Jóvenes en Madrid, en el cual se han implicado más de 170 parroquias de la ciudad. Tendrá lugar entre el 28 de diciembre de 2018 y el 1 de enero de 2019, reuniendo a jóvenes cristianos entre 17 y 35 años de toda Europa. Sin embargo, la organización afirma que aun hacen falta 8.000 sitios para acoger a los participantes.

En el caso de la familia valenciana, los jóvenes a los que acogieron eran una chica de 19 años y un chico de 17, de los cuales recuerdan en especial los momentos que compartían. “Fue muy bonito porque, aunque ellos estaban todo el día en el encuentro, al llegar a casa cenábamos juntos y compartíamos con ellos las oraciones”, señala el matrimonio.

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“Esta experiencia es muy enriquecedora para las familias, aunque al principio de un poco de reparo abrir tu casa a una persona que no conoces”, apunta Tomás. Sin embargo, “se convierte en algo muy especial” que rompe incluso la barrera del idioma. “Con la chica hablábamos en inglés, pero su hermano no lo dominaba tanto”, dice Pilar. “Sin embargo, el último día me dio un enorme abrazo ya que estaba muy agradecido y se había creado un vínculo”, señala. Además, a pesar de que “la niña era muy pequeña”, se expresaba con ellos “con total naturalidad”.

Sentimiento de comunidad

En cuanto a ellos, si bien habían estado en varias ocasiones en la comunidad de Francia, nunca habían vivido un encuentro. “Que viniesen a Valencia fue muy gratificante porque se hizo mucha comunidad en las parroquias”, añade Pilar. “No conozco a nadie que tuviese una experiencia negativa al acoger a estos jóvenes”, asevera Tomás.

Pilar cree que Taizé “atrae a los jóvenes por su forma, porque supone un vaciarse hasta que queda lo que une, que es el Evangelio”. Esto, unido a que es una experiencia compartida por gente de muchas nacionalidades distintas, “lo hace realmente especial”.

Este matrimonio lo sabe de primera mano, ya que han estado en varias ocasiones en Taizé. “Primero de jóvenes, después en el grupo de adultos y, la última vez, con nuestra hija en familia”, apuntan. “Allí no hay nada, así que la persona se muestra tal como es, y esto hace que sea muy enriquecedor todo lo que se comparte”, subraya Pilar.

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