En Chile, con masivas peregrinaciones, celebran a la Inmaculada

En decenas de lugares hubo masiva concurrencia, con ocasión del día de la Inmaculada Concepción. El Cardenal Ezzati, ante la crisis que vive la Iglesia chilena, puso a María como modelo de vida. “A ella queremos confiarle este momento de nuestra Iglesia, para que nos llene de esperanza, de confianza, y junto con ella sepamos entregar a su Hijo al mundo, la única y verdadera esperanza que no engaña”.

Desde la tarde anterior y durante todo el día 8 de diciembre la carretera que une Santiago con Valparaíso y Viña del Mar está cerrada y sólo pueden transitar peatones y ciclistas. Son miles quienes la recorren desde Santiago o Valparaíso, especialmente durante la noche, para llegar al santuario de la Inmaculada Concepción en Lo Vásquez, a 32 kilómetros de Valparaíso y a 80 de Santiago. Allí, hay misas cada hora y por la tarde una procesión tras el carro con la imagen de la virgen. 

Profundo amor

El santuario de Lo Vásquez pertenece a la diócesis de Valparaíso. Su obispo administrador apostólico, Pedro Ossandón, presidió la misa central al medio día y en su homilía dijo que “cuando observamos con inmenso respeto las expresiones de piedad de los peregrinos, vemos que la causa que los motiva a sacrificarse proviene de un profundo amor a un familiar o amigo muy querido por el que está dispuesto a entregarle todo lo que necesite para superar su enfermedad o grave problema. Nuestra Madre, la Virgen María nos hace escuchar en el corazón del peregrino a Jesús que nos dice que: ‘No hay amor más grande que dar la vida por los demás’”.

Rolguy Vilsaint, haitiano, ofreció el sacrificio de caminar 10 kilómetros hasta el santuario donde presentó su ruego ante la imagen de la virgen. “Le pedí a la Virgen para que me ayude a traer a mis cuatro hijos desde Haití a Chile, porque yo realmente me siento solo. Llegué hace 13 meses y creo mucho en la Virgen, por eso le pedí que trajera a mis hijos y a mi esposa”, contó.

Carabineros calculó en unas 800 mil personas las que pasaron por el santuario durante los dos días, de ellos unos 30 mil eran ciclistas.

Este santuario se originó en una ermita, con la imagen de la virgen, a la entrada de la casa de un vecino del lugar, hacia 1830. Se fue generando una devoción con fuerte aumento de devotos lo que llevó a instalar la imagen en una capilla en el mismo terreno. En 1913 se construyó el actual templo y en los años 60 fue declarado santuario diocesano. La devoción popular ha crecido hasta transformarlo en el lugar de mayor concurrencia de peregrinos en Chile. 

En la cima de los cerros

 Otras peregrinaciones simultáneas concurren al templo de La Compañía, a 70 kilómetros al sur de Santiago, donde llegan unas cien mil personas. Un poco más al sur, en Nancagua, cientos de peregrinos suben al cerro Puquillay en cuya cima se erige una imagen de la Inmaculada Concepción y un altar en el que se celebran misas durante el día.

También en Concepción cientos de peregrinos suben al cerro La Virgen con la misma devoción. Allí, el arzobispo Fernando Chomalí al término de la Misa hizo un fuerte llamado a promover vocaciones sacerdotales y religiosas. Poco antes, había coronado la imagen de la Virgen con dos coronillas que pocos meses antes habían sido benditas por el Papa Francisco, en Roma, durante la visita de Chomalí. Este acto fue sellado con un largo aplauso de los participantes.

También en Santiago cientos de peregrinos suben al cerro San Cristóbal donde la imagen de la Inmaculada Concepción destaca visible desde toda la ciudad. Allí también se celebran varias Misas y muchos sacerdotes atienden confesiones. Este año el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, llegó a las 9 de la mañana para confesar hasta el mediodía cuando presidió la eucaristía.  

María, modelo de vida

En su homilía, Ezzati citó al ángel cuando dice a María: “no tengas miedo, porque el Señor está contigo”. Y agregó que “la alegría, la confianza y la superación del miedo brotan siempre de la conciencia serena y alegre de que Dios está siempre con nosotros”. Luego destacó la disponibilidad de María: “Hágase en mí según tu palabra” como ejemplo para los cristianos: “una Iglesia disponible, que tiene la mano abierta para atender a los más necesitados, a los pobres a aquellos que están solos”. En alusión a la crisis que vive la iglesia chilena expresó que “María se convierte para cada uno de nosotros, para nuestra Iglesia, en modelo de vida. A ella queremos confiarle este momento de nuestra Iglesia, para que nos llene de esperanza, de confianza, y junto con ella sepamos entregar a su Hijo al mundo, la única y verdadera esperanza que no engaña“.

Unos 10 mil fieles participaron de la Misa presidida por Ezzati y se calcula que durante los dos días asistieron entre 80 y 100 mil personas.

 

 

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