Francisco elogia a la Virgen: “Nunca se avergüenza de sus hijos”

  • El Papa ha celebrado Misa en Santa María la Mayor ante la Salus Populi Romani, recientemente restaurada
  • “Es un gran peligro vivir sin ella”, alerta en su homilía frente al imperio de las ideologías y la tecnología

Esta mañana el papa Francisco ha celebrado Misa en la Basílica romana de Santa María la Mayor, con ocasión de la traslación del icono de la ‘Salus Populi Romani’, una representación de la Virgen de origen antiquísimo hacia la que el Papa tiene especial devoción.

Durante su homilía, ha recordado la importancia de acudir a la Virgen para que nos ayude valiéndose de la oración “Bajo tu amparo nos acogemos”. Como ha explicado Francisco, desde tiempos inmemoriales los Padres de la Iglesia enseñaban a buscar refugio en la Virgen María en tiempos de necesidad. “Donde la Virgen está, el diablo no entra. Donde está la Madre, la perturbación no prevalece, el miedo no gana”. Comparando los problemas de cada uno con “un mar tempestuoso”, el Papa ha señalado que María es “el arca segura en medio de la inundación”. Y, como ha apostillado más tarde, “las ideas o la tecnología no nos darán consuelo y esperanza, nos la da el rostro de la Madre”.

“No deseches las oraciones”

Esta pequeña fórmula continúa con un “no deseches nuestras oraciones”. Y es que, como ha dicho el Papa, la Virgen nos escucha “y actúa con prontitud”, como hizo cuando fue a visitar a su prima Isabel o cuando buscó a Jesús en las Bodas de Caná. “nunca, nunca desprecia nuestras oraciones. Ella es una madre, nunca se avergüenza de nosotros, solo espera poder ayudar a sus hijos”. Para ilustrar este amor, Francisco ha contado una anécdota sobre una madre que acompañaba en el hospital a su hijo enfermo. Esta madre se quejó a un sacerdote de que había una cosa que Dios no le permitía hacer, “tomar ella el dolor de su hijo”. “Aquí está el corazón de una madre – ha proseguido el Papa- no se avergüenza de las heridas, de las debilidades de sus hijos, sino que los quiere consigo”.

“Líbranos de todo peligro”

El Pontífice ha explicado entonces cómo Jesús, sabiendo que muchas veces necesitamos ayuda en medio de tantos peligros, le dijo en la Cruz a san Juan: “Ahí tienes a tu Madre”. Y como ha dicho el Papa, “La Madre no es opcional, es el testamento de Cristo (…) Es un gran peligro para la fe vivir sin una Madre, sin protección, dejándonos llevar por la vida como las hojas en el viento. El Señor sabe y nos recomienda dar la bienvenida a la Madre”. Francisco ha rematado esta explicación con un último punto, “sin Madre no podemos ser hijos. Y nosotros, ante todo, somos hijos, hijos amados, que tenemos a Dios como Padre y a la Virgen como Madre”.

Finalmente, el Papa ha insistido en la figura iluminadora y esperanzadora de santa María, y ha dado un último consejo: “No podemos ser neutrales o estar separados de la Madre, de lo contrario perdemos nuestra identidad como hijos y nuestra identidad como pueblo, y vivimos un cristianismo formado por ideas, programas, sin confianza, sin ternura, sin corazón”.

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