Alberto Iniesta tendrá su plaza en el barrio de Vallecas

El fallecido obispo auxiliar de Madrid es homenajeado en una jornada que recuerda su memoria y legado

homenaje a Alberto Iniesta obispo auxiliar emérito de Madrid en Vallecas 25 marzo 2017

Una jornada de reflexión y convivencia para recordar a Alberto Iniesta. El pasado 25 de marzo se celebró en el Colegio Ciudad de los Muchachos, en Vallecas, un homenaje al eterno obispo auxiliar de Madrid. Bajo el título de Memoria y legado de Alberto Iniesta para la Iglesia de hoy, la cita coincidió con una gran noticia: habrá una plaza en pleno corazón de ese barrio madrileño dedicada al prelado. Faltan algunos trámites todavía, pero pronto se podrá inaugurar. Un hecho celebrado con alegría por las más de 250 personas que se dieron cita en la villa vallecana a lo largo de la jornada.

Durante los trabajos en grupo, se destacó que Iniesta era un místico, un contemplativo, con capacidad de empatía, de escucha y de acogida. Claro y directo, austero, pero capaz de convivir, alegre. Moderno, cercano a los jóvenes, capaz de expresarse en sus lenguajes sin afectación. Que apoyaba las iniciativas de la gente, incluyendo a todos. Que primaba a los pobres y unía oración y compromiso social. Tenía un papel mediador con las autoridades y en los conflictos. De él emanaba autoridad, pero nunca fue autoritario. Apoyaba a los religiosos, a los movimientos sociales y vecinales, a parroquias, comunidades y movimientos apostólicos. Innovador también en la pastoral.

Iniesta apoyaba una Iglesia según el Concilio Vaticano II y la Tradición primera: Iglesia pueblo de Dios, Comunidad de Comunidades, participativa, comprometida con el mundo, con actitud de servicio, convertida a la experiencia de fe. Cercana a los pobres, a la escucha, acogedora, que ora desde la vida, mediadora, creíble, plural, abierta al pueblo, comprometida con la sociedad y más democrática. Dando corresponsabilidad a las comunidades, menos clerical, capaz de impulsar órganos de reflexión y decisión. Compaginando libertad con fidelidad en la Iglesia.

Los grupos de trabajo, a la luz de las enseñanzas de Iniesta, señalaron igualmente propuestas de mejora para la Iglesia de hoy y hablaron de la institución que sueñan. Una Iglesia más dialogante, con más peso laical, impulsando las comunidades y los carismas puestos a su servicio. Una Iglesia paritaria, donde la mujer sea protagonista en todos los ámbitos, donde el laicado sea formado en la dimensión social de la fe.

Se propusieron cambios en los seminarios, que sigan como lugar de formación, pero que los seminaristas vivan en los barrios. Demandaron una Iglesia que asuma la pluralidad y la diversidad en su seno y que fomente la creatividad como base de la espiritualidad. Al lado de todos los excluidos. Y para Cáritas, se sugiere un modelo menos asistencial y más de fomento del empleo y formación.

El obispo adelantado a la democracia

El teólogo José María Castillo ofreció una ponencia en la que habló de Iniesta como “uno de los hombres más ejemplares” de la España del siglo XX. “Se adelantó a los sueños de la democracia”, porque “la Asamblea de Vallecas no fue solo un proyecto de Iglesia, sino de sociedad”, explicó. Por eso, invitó a seguir en este camino que él anticipaba. “¿Por qué este desconcierto en la Iglesia cuando el Papa está mostrando el camino, que no es otro que el del Evangelio?”, se preguntó.

A continuación tuvo lugar la mesa redonda coloquio para presentar el libro Alberto Iniesta, la caricia de Dios en las periferias (Ed. Herder). En ella participaron también Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia; Luis Aranguren, formador y escritor; Emilia Robles, editora del libro; y José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva.

Publicado en el número 3.030 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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