El portavoz vaticano aclara lo sucedido ayer en la llegada del Papa a Río
FRAN OTERO | Ayer, lunes 22 de julio, se confirmaron algunos temores respecto a la seguridad del Papa durante su estancia en Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro. Durante el trayecto que iba a llevar a Francisco a la Catedral de San Sebastián y al Palacio de Guanabara desde el Aeropuerto Internacional de Galeão desde el aeropuerto, se produjeron varios sobresaltos que hicieron que el Papa cambiara de transporte hasta en cuatro ocasiones: dos automóviles, un jeep descubierto y, finalmente, un helicóptero.
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La comitiva papal quedó atascada entre una multitud de fieles ante el nerviosismo del personal de seguridad e incluso del secretario papal. Sin embargo, el Papa mantuvo la compostura y se mostró afable y sonriente en todo momento, dejando a la gente que se acercase.
“Al Papa le agradó que las personas se acercasen al coche. No tenía miedo, estaba siembre sonriendo y saludando”, explicó Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, en encuentro con periodistas al final de la jornada en Brasil.
El propio Lombardi, que dijo que fue el propio Francisco quien solicitó un coche normal, aclaró que las decisiones sobre la seguridad no fueron del Pontífice. Con todo, el también jesuita declaró: “No estamos preocupados por la seguridad del Santo Padre”.
El Centro Televisivo Vaticano mostró las imágenes de los jóvenes agolpados sobre el coche del Papa
Explicación de las autoridades civiles
Desde la Secretaria Extraordinaria de Seguridad para Grandes Eventos (SESGE), que depende del Ministerio de Justicia del Gobierno brasileño, se hizo saber que la Prefectura de Río sabía desde el viernes por donde pasaría la comitiva papal. “Todo los que están implicados en la seguridad del Papa sabían. Pudo haber problemas en la comunicación, pero el representante de la Prefectura de Río en el Centro de Mando fue informado de los cambios y de la ruta que el Pontífice seguiría”, afirmó Alexandre Castilho, asesor de SESGE.
De hecho, para SESGE, fue el Papa quien pidió al conductor del vehículo que redujese la velocidad, lo que provocó una pequeña confusión, con la avalancha de fieles, y la necesidad de detener el vehículo.
Artefacto explosivo en Aparecida
También en materia de seguridad, en la Basílica de Aparecida, hasta donde se desplazará Francisco mañana miércoles, se encontró una bomba casera que fue detonada por la Policía Militar. Lombardi minimizó la importancia de este hecho: “Era algo casi artesanal. La policía brasileña nos informó inmediatamente, pero no teníamos razones para tener miedo”. Tal y como informó la Policía Militar en una nota, el artefacto encontrado era de “bajo poder lesivo”.
Con el día de descanso por delante, seguro que la organización reflexionará, y mucho, sobre las cuestiones de seguridad de Francisco, aunque, tal y como insistió el portavoz vaticano, “no hay que dramatizar; nadie se acercó al Papa para hacerle daño”. En cualquier caso, dijo que la experiencia vivida el lunes puede servir de ejemplo para otros días y admitió la posibilidad de cambios en esta materia.
